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viernes, 27 de septiembre de 2024

DOS POEMAS DE NO OBSTANTÍSIMAS DE JULIA VALERO

 






Anciana confitada




Se levanta la anciana a su colmenada

soledad, a subrayar con la bata lenta

lo tan final. Pasillesca. Su cuerpo hermoso

ha perdido el aún, lodo puro que inaugura

la verdad sobre la ternura. Pero nadie

la está mirando. Se levanta y le crujen las noticias,

le astillan las ausencias de quienes hacen

meramente su vida; centro en los hijos, dioses continuos

que ahora llaman águilas por lo de vez en cuando

y a ratos, siente, por la rapacería...


Se levanta y para qué se levanta y

hacia dónde. Se refugia mejor en la épica

del cuerpo; llegar a los pies, cerrar la cafetera,

sostén al sostén.


Hay un final que se abalanza, y nada

que ver con las olas, una niña que persiste

y ni un fonema en común con su muerte. Se

levanta y a estas alturas, dice, debe encima enmascararse.



―――――――――――



ELLA DUERME, CURVA EL AIRE DE LA ESTANCIA CON LA CADERA,

[EL ALIENTO.

No sabe que se viene este rayo principiado de pupila,

mi deseo, que nace de la tierra del ojo que convoca

entre sus muslos todas las veces anteriores

y todos lo genitales pues así se llama

el alavez del amor y su línea de ti temporal. Sabe

a moras, peto vaquero y seis años partidos

como un pan de madera en la mano.


Cenicientamente debería esperar a que regreses del sueño.

Cuando somos árbol nos sorprende el olor a leña que arde.

Cuando una baja a recoger cenizas recibe la insolencia del brote.




Julieta Valero

No obstantísimas


Vaso Roto


sábado, 21 de mayo de 2022

CINCO POEMAS DE MITAD DE JULIETA VALERO

 

 

 

 

(20)

Averiguar. Para nada.

Las olas, para nada.

 

Ahora

vendría un verso que prestigiara el caminar.

 

 

 

(22)

Amor, si esto es el final, está

principiando. Igual la vida en el bebé

glaseado.

 

Así tectónica, no temo

 

 

 

(24)

El desamor, un acontecimiento

físico. No está aquí; no anoto sus adverbios.

 

 

 

(27)

Nocturnos míos de pez abisal,

clarividencia promediada de subsidio

de alba; red de arrastra no olvides que tú y yo

sabemos también prosperar hacia el cielo.

 

 

 

(28)

Decir ante ella el amor es decir

sus restos, es decir catedral

invertida luz por debajo del fondo.

 

Grado cero de la franqueza siempre

el día después; su devoción, su ira.

 

 

 

Julieta Valero

Mitad

 

Vaso Roto Poesía


domingo, 5 de julio de 2020

TIEMPO UN POEMA DE JULIETA VALERO


 

 

 

Tiempo

 

 

 

(I)

Concretamente el peine trabajando las crines de un caballo

imagen del tiempo que cae suave sobre nosotros

 

más cierta que una partida de nacimiento

menos que las manos de esta anciana que va conmigo en el tren

 

baobad, regazo

 

 

pero la Sintaxis

 

yo no he estado en el adentro de mi madre ni fui rosada irreprochable

no sigo regresando sin zapato del colegio nunca

me atacaron tres perros entre sí atados familia de locos

de abandono y costras de porquería algo

 

algo se imprime estuco fresco de los nueves

fue en mí el exceso el año que pasamos en Caracas

 

los melones como vainas de otro planeta

el diluvio cada día a las tres la cola torrencial de pobres

hurgando nuestra basura había niños

de mi padre y sus mujeres de las comidas

de negocios los gritos de madrugada siguen

haciendo madurar el silencio.

 

 

(II)

Hablar con mucha gente.

Que mucha gente escuche a uno solo.

Bendita retracción de soledad y ruido el tren

es el poema el poema está siendo escrito

por una anciana imposibilidad que sucede.

 

 

(III)

Un piano

el presente se tumba y deja hacer.

 

 

(IV)

Sufrimiento de nombres inscritos en el árbol

 

pero entonces fue desgarro hacia dentro todo

tejido visible ahora la dicha es devastadora

 

lo que sé termina en este verso intocada voy

a irme de ellas esplendente.

 

 

(V)

Pequeña bombilla azul que decretamos «Fantasma».

 

A punto de dormirse parpadea

alas de resistencia al adiós breve hay que seguir la inclinación

 

me dice Mamá, no tengo tiempo ¿No tienes qué? No

tengo tiempo en los ojos…

 

Y se duerme.

 

 

(VI)

Una sorpresa sin instante, todo cuerpo:

Envejecer. Envejecemos.

 

(VII)

No cabe mi amor por ti en este rato ni

mi vida cupo nunca en su vestido.

 

 

 

Julieta Valero

Los tres primeros años

 

Vaso Roto poesía


jueves, 27 de diciembre de 2018

LA NOSTALGIA ES UNA REVUELTA DE JULIETA VALERO Y OLEÑKA CARRASCO




Querida Olga:

Acompañar es el verbo que más se ajusta a lo que quiero hacer con mi hija, en la medida que lo precise, el resto de su vida. Me gusta porque, sin negar la incondicionalidad, trae una individualización que supone, en sí, un mundo de salud. Entre ese deseo y la visceralidad que me traspasa al sentirla, media mi privilegiado trabajo para lo que reste de vida. Esa bendición de sudor que me pido.
Y será por esa tara debida al lenguaje, y por él a veces subsanada, de la escritura, que es en el espectáculo bestia y precioso del nacimiento del habla, el cual llevo más de un año disfrutando en primera fila, donde recibo iluminaciones a diario. Anteayer, paseando por el Jardín del Príncipe de Aranjuez, Lara (apenas dos años y medio, noviazgo quebradizo aún con la sintaxis) nos dijo: “¡Tengo una idea! Una idea de color atul. En un árbol”.
Con un beso,
Julieta


Julieta Valero & Oleñka Carrasco
La nostalgia es una revuelta
LasPostalesdeJulietaValeroyOleñka

Tigres de Papel
poeNOmas


martes, 11 de julio de 2017

BEBÉ UN POEMA DE JULIETA VALERO DEL LIBRO DE LAS CONJUGACIONES







Bebé

Qué tensión luminosa en la piel
qué inminencia de todo porque va a ser.

Milagro, pero sencillo, de la fruta como punta de rama.
Quién dijera de la rama tales poderes: otorgar color,
movimiento, inauguración perpetua.

Inversión del hastío y los lunes, todo es símbolo de gozo:
la baba sin idiota, la pena que termina
donde la lágrima pierde caudal.
El hambre no remite a balanza ninguna,
a desafortunados continentes.
Todo cuanto duele llega para crecer.

Revelación también del parecido y la miniatura.
Belleza de lo que pervertirá la mugre vida o
de piececito a ajado sostén.

Qué decirte; has nacido. Resta el calendario.
En el brote se posó la eternidad.

(De Autoría, 2010)



Julieta Valero – Libro de las conjugaciones

Planeta Clandestino – Ediciones del 4 de agosto








lunes, 23 de enero de 2017

ALTAMIRANO, 34, UN POEMA DE JULIETA VALERO





ALTAMIRANO, 34

Una casa en ele
como entonces mi vida,
una sola doblez,
la del cansancio de siglos cuando subíamos
de Rosales, adelantando
en las rodillas
todas las batallas —francas heridas
de genealogía inmediata, francos
dolores—. Por el pico y la desgana
nos lanzaban dos a dos,
al baño. El más turbio guerrero gritaba la ignominia
con su último soprano
y dejábamos el agua hecha cieno
inofensivo. Ropa limpia, raya a un lado
y el pasillo violento en sus olores.

A las nueve la casa bullía
con timbres de mujeres
y la diáspora cesaba en torno
a la cena. Mis hermanos,
neptunos desbocados, emergían
de un patio remoto en su dureza
y hendiendo el aire de ritmos tridentinos nos llenaban
los platos de gestas en colores,
relato de feroces recreos en los que se elevaba, unánime,
la flor lacerante de las jerarquías.

Puro acontecer, tiempo sin cesura.
No era entonces necesario
tamizar la luz; un océano
apenas hubiera separado
el mundo de la boca.

Pero fue un instante
que estuvimos ilesos.

La inminencia de la noche daba
a todo gesto
un aire terminal.
Miedo de ir a tener miedo,
miedo a la tibia delación de unas sábanas
que confirmaran
la sospechada circularidad
de los días: la noche sucedería a la mañana
y el cuello de mi madre
quizá no estuviera
urgente,
como un desayuno.

Es terrible bucear por vez primera
sobre el filón convexo de la espalda.
Una cuenta, si se inicia,
pierde todo su sentido. Yo sé.
Iremos abundando
en la ciencia de las cuerdas;
el cabo de la infancia empieza a trazar
su arco imperceptible
—ira marina de las culebras—.

También se comban
lo años inmediatos

y no lo hacen
para vernos pasar.

Julieta Valero – Altar de los días parados

Bartleby Editores.