jueves, 6 de abril de 2017

VEINTICINCO SEGUNDOS UN POEMA DE JAVIER ARNAIZ




VEINTICINCO SEGUNDOS

No se trata de estar ausente y sólo,
tampoco es dar la vida.
Es; ser parte de la unidad ardiente
y cercenar la cuerda que nos ata
al poder que vulnera nuestra historia.

Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño.

Y la vida, sin la fuerza,
se la apropian los hombres codiciosos,
los que habitan en casas sin colores,
los que rompen la paz y los silencios
con sus huestes de miedo y arrogancia.

Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño.

Y la música sigue con sus notas
confusas. Y las bolsas se desploman
con la orquesta y el mercado cae a plomo
a un abismo insondable de miseria.
Que es lucro del mezquino millonario.

Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño.

Los infelices, pobres sin jornal,
situados en las listas más largas del desahucio.

Los bancos asociados al estado,
no aplicarán su crédito al vencido.

Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño.

¿Dónde el proletario? ¿Dónde el obrero?
Recelosos del que vence,
lloran el temor sufrido
después de la contienda y la derrota,
cuando el sol se olvidó de iluminarnos

no encendió su luz en la batalla

Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño.

El tiempo continúa su andadura.
Ya no hay combates en las calles rotas
y violentas. Callaron las consignas
y la lucha, el amor y la esperanza.

Ahora. Justo ahora.
Ha muerto un niño asesinado:

otro
entre los miles
que nacerán mañana.


Javier Arnaiz – La voluntad quebrada


Amargord Ediciones

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