lunes, 9 de septiembre de 2013

LA MATRIZ NUTRE Y FIJA LOS VOCABLOS





Playa de Ereaga, el uno de junio por Pablo Müller
 

«la matriz nutre y fija los vocablos»

Silvia Guerra

 

Pablo Neruda tenía un cáncer terminal en el momento de su muerte —informan— tal vez no muriera por su causa, necesitamos otro término para nombrar ese final: tal vez haya lenguaje para cada tiempo.

 

A los tres años —semilla— en brazos por las calles —miedo— de la ciudad al grito de la sirena, y niño, en el sótano húmedo de angustia, —llaman refugio—, llaman antiaéreo. Mejor vivo con el miedo. Madre. Antes muerto que cobarde. Capitalismo.
 
El soldado a caballo, —una fotografía—, la última sonrisa. No hay trabajo, quién te va a querer a ti, en el llanto de los hijos, calla, cierra la boca, no rías tan alto, los llantos atraen a las bombas alimañas.
 
Ciertas olas a estas horas de bajamar son ciertas: cada vez que el mar se mueve la vida extiende, cada vez que la vida ensancha, el pasado se junta, en su vacío acompaña con otro nombre: su matriz.

 


 

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