jueves, 12 de junio de 2025

DOS POEMAS DE EDUARDO MILÁN EN SALIDO

 






uno que cree en el canto canta su quehacer de canto

porque el canto, uno sabe, se cultiva

huerto de canto pasando tomates, lechugas, almácigos

los monjes, condenados, uno se lo cree cuando el padre dice

tenes que plantar unos tomates y hacerte cargo

de que crezcan sanos”

no porque sea el lugar donde las almas crecen

no sobre el mundo como si el canto pudiera

consciente de la ruina del mundo

un mundo que no tiene cabida para cualquier uno qué:

nada, la potencia, el porque sí, otro en su lugar

su trabajo de canto cuando el canto no trabaja

creación, no trabajo: antes que el trabajo imponga sus horas

de fábrica

cuando, eso importa, ni siquiera hay canto

hay quien canta un poema debe terminar pero canto

lo que se dice canto, ese concentrado trascendente, aquí

no hay siquiera seguimiento menos

en cuanto al lenguaje coloquial alternativo, no hay alternativa



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tiempo del desecho que canta”, vuelvo a decir

¿adonde vuelvo?

el desecho canta, ¿canta el desecho?

el Mediterráneo canta

si no canta qué son esos sirios, esos

africanos esos Burkina Fasso

cigarrillos ondeando sobre una ola mínima

una especie de bebé que balsea sin cuno no va para Moisés

el mar, un magnífico vals, el océano, un horrendo


Eduardo, ese significante milán damilano

designa, me dijo Juan Carlos Plá

orfandad y abandono, me pregunto

son productos del significante que flota

¿flota el significante?, la orfandad materna aproxima

a Orfeo

el parteaguas de la cárcel paterna a qué aproxima

a la expulsión, al mar

allá abajo en los acantilados que mira el caminante alemán

después, mucho después que el canto había sido herido

por puro significante atrapado en el aire

Neruda dice “con mi cara de cárcel”

el que tenía cara de cárcel era mi padre preso que apareció

de cara en tv

su cara en tv, sal de mar, no es cualquier salí de ahí

Neruda lo dice en Residencia en la tierra

yo salí de allí porque yo estaba del otro lado de la cara

del lado que no se ve

de la orfandad no sé más que escribir sin para dónde

ni para qué

aunque parezca que sé

lo que rodea parece que sabe lo que un tordo en la rama

ni se entera

arrojados en las pateras




Eduardo Milán

Salido


Varasek ediciones


miércoles, 11 de junio de 2025

ESTAMPA UN POEMA DE ANABEL ÚBEDA BERNAL EN VISIONES DEL REFUGIO AZUL

 






Estampa



Tras una lágrima

hay abogados y no testigos.


Un riesgo así

implica un trato,

silencio,

juicios de valor

o diecisiete puñales

de supuesta infidelidad.


Sus oscuros pozos

delataban dolor y mentira,

indescifrable para mi lozanía.


Meses sin letrados

sellando pactos con Fausto,

resucitador de Werthers,

que con epístolas me amaron

quitando el seguro.


Puñetazos de otro desastre

INMINENTE.

Vencida bajo los pies de un caballo

cuyo único testigo

fue el suelo de mi habitación

y como abogados

temibles pensamientos.




Anabel Úbeda Bernal

Visiones del refugio azul


Prólogo de Charo Serrano


Boria Ediciones


martes, 10 de junio de 2025

SEIS POEMAS DE ENRIQUE ARIAS BEASKOETXEA EN VIVIR DISTINTO

 






Poema n.º 4



Un sonido ronco araña

las tejas de la casa,

provienen de un mar

próximo e inquieto.

En la escalera un gato

clama su hambrienta desazón.


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Poema n.º 5



Ese sabor de metal

que atormenta la boca

y te hiere el abdomen

es la ocasión perdida,

el fracaso venidero

que inevitablemente te alcanzará.


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Poema n.º 13



Cada noche un gato

maúlla bajo mi cama

por hambre o por sed,

por soledad o por frío:

dos insomnios recurrentes.


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Poema n.º 22



Para el cautivo mudo,

la distancia extendida

más allá de sus muros

es espacio miope,

brumoso, extranjero.


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Poema n.º 29



La pasión se condensa

en los muros de la casa

lejana y deshabitada;

mientras la comprensión

no llora, impasible.


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Poema n.º 43



El desaliento anega

las capas de la mente,

una bruma generosa remacha

el destino a un punto fijo,

en silencio, en quietud.

Retenido el suspiro,

no llega luz por la grieta.




Enrique Arias Beaskoetxea

Vivir distinto


Aliar ediciones


jueves, 22 de mayo de 2025

BALADA SOBRE UN PERRO QUE SE DESPIDE UN POEMA DE SARA MONTAÑO ESCOBAR EN MI PERRO NO LEE MIS POEMAS






Balada sobre un perro que se despide



Un perro antes de morir miró el mar.

Se acostó en la orilla de la playa.

Contempló el vuelo de las aves

y se recordó corriendo,

extendiendo las patas

dentro del océano verde

de las praderas.

Un perro recordó los ratoncillos

muertos dentro de sus fauces.

Pidió perdón a la tierra

porque la inocencia

también puede ser peligrosa.

Un perro miró a la humana

que había acompañado

su vida.

Supo que se llevaría

esa parte del corazón

que le pertenecía.

Un perro puso el hocico

en la mano

que lo había guiado

a través de los senderos

y el asfalto.

Esa mano

que había curado su lomo

después de las peleas juveniles

en que se disputaba

ser el padre de una nueva estirpe.

Un perro miró un pozo de luz

que colindaba con el horizonte.

Su cuerpo volvió a responder.

Miró a su humana.

Acarició con fuerza su mano.

Quiso decir:

ya vengo

no me perderé.

Un perro absorbió con fuerza

el aroma de su ropa

para llevarla en su última marcha.

Un perro se levantó, en silencio dijo gracias.

Sabía que otros perros

no tenían la suerte de encontrar a alguien

como ella.

Un perro antes de desaparecer por el horizonte

miró por última vez a su humana.

Estaba triste

pero sabía que su corazón era noble.

Sabía que podía dar ese mismo amor

a otro perro que lo necesitara.

Un perro corrió por el pozo de luz

en busca de su última aventura.




Sara Montaño Escobar

Mi perro no lee mis poemas


Ediciones Liliputienses


 

miércoles, 21 de mayo de 2025

UN FRAGMENTO DE ECOESPIRITUALIDAD PARA LAICOS DE JORGE RIECHMANN





¿Laicismo y espiritualidad serían opuestos? Sergio del Molino da por sentado que sí, 51 pero la cuestión es algo más compleja. Se puede desarrollar espiritualidades laicas (y, en particular, ecoespiritualidades laicas, que es de lo que trata este microensayo).

La espiritualidad en sentido laico tiene, en mi opinión, dos grandes componentes: primero la vivencia de conexión con todo (y con el Todo) que acabamos de explorar, y en segundo lugar el descentramiento del ego. Presentaré también alguna idea al respecto. 52

Ser un «yo» la conciencia subjetiva de un ser interdependiente, ecodependiente, finito, vulnerable y mortal es en principio bastante mal negocio: las ocasiones de sufrimiento resultan innumerables. De ahí las innumerables tentativas de distanciarse de ese estado o trascenderlo, desde las drogas psicotrópicas 53 hasta las vías místicas. 54 Escribe Ernst Tugendhat que el anthropos, en cuanto ser que delibera, puede tomar distancia de tres maneras. «La primera consiste en tomar distancia de las sensaciones inmediatas en consideración a fines y al futuro propio. Aprenden [los seres humanos] a contraponer la perspectiva de lo bueno [según razones] a lo que resulta más agradable o desagradable en la situación: a darles importancia a los fines más que a sensaciones y al futuro más que al presente. Aquí se toma distancia en vista de los propios fines y luego del propio bienestar. La segunda consiste en tomar distancia del propio bienestar, dándoles también importancia a otros (o a otras cosas). La tercera consiste en tomar distancia de la propia egocentricidad. En este caso, los que dicen 'yo' toman conciencia de su pequeñez y la de sus preocupaciones en el conjunto del universo.» 55

Yo no puedo dejar de ser el centro de mi subjetividad, o mejor, no puedo vivir en el mundo sino desde ésta (de igual manera que no puedo saltar en la plaza, a mediodía, dejando atrás a mi sombra). Pero no tengo por qué ordenar el universo en torno a esta subjetividad. No puedo dejar de vivir egocentrado, pero esto no tiene por qué implicar ser egocéntrico.

Puedo considerarme en el mundo uno más de los «diez mil seres» de los que habla la tradición china, relativizando la perspectiva egocéntrica. Puedo desplazarme del centro al margen. «Distanciarse de sí mismo significa tomar distancia no sólo del egoísmo, sino de la propia egocentricidad. (…) Lo que aquí se quiere decir con sí mismo es yo quiero: el aferrarse o apegarse a los objetos de la voluntad, que es característico de la egocentricidad humana, comenzando por el no poder zafarse del miedo a la muerte.» 56




    51 Sergio del Molino, «Vivimos tiempos religiosos. La mirada se va apagando», El País / Ideas, 31 de marzo de 2024

    52 Recupero aquí un par de páginas de mi libro Autoconstrucción. La transformación cultural que necesitamos. (Catarata, Madrid 2015)

53 Algunos antropólogos has sugerido que es el deseo humano de conseguir un suministro estable de alcohol y no de alimentos la razón por la que, en el Neolítico, cambiamos la recolección y caza por la agricultura, y con ello comenzamos a dejar atrás el «comunismo primitivo» y la vida nómada. Una consideración cabal de las ecoespiritualidades ¿puede eludir tomarse en serio las sustancias enteógenas? El libro de Michael Pollan Cómo cambiar tu mente. Lo que la nueva ciencia de la psicodelias nos enseña sobre la conciencia, la muerte, la adicción, la depresión y la trascendencia (Debate, Barcelona, 2020) sería buen punto de partida. Enseguida volvemos sobre esta cuestión.

    54 «El problema común que solucionan [religión y mística] de forma opuesta es el problema de la contingencia. Este problema surge directamente de un elemento de la estructura antropológica fundamental: del hecho de que la voluntad humana se relaciona con el futuro, razón por la cual, primero, se dirige a fines, y segundo, siempre está conectada con deseos en sentido estrecho, es decir, con lo apetecido cuya realización no depende de uno mismo. En los otros animales, no se da una cosa ni la otra.

    Por el hecho de dirigirse a fines, la voluntad humana se encuentra siempre es una tensión entre éxito y fracaso, y esta tensión implica (1) que los seres humanos tienen que esforzarse, y (2) que saben que el éxito no depende solo de ellos. Por lo tanto, mucho más que cualquier objeto determinado, lo que esencialmente caracteriza a la voluntad humana es la conciencia de la radical insuficiencia de la propia capacidad de acción para hacer realidad no sólo ciertas esperanzas, sino metas muy elementales: la vida, la salud, la alimentación, estar con otros. Los seres humanos anticipan como posibles las desgracias con que animales de otras especies tan sólo se enfrentan cuando tienen lugar (…), temen siempre frustraciones y desgracias. Ante todo, por supuesto, la muerte: la propia y la de quienes están cerca.

    En la historia de la humanidad se han emprendido dos caminos para calmar el dolor que supone este estado: justamente los caminos de la religión y de la mística. El camino místico consiste en relativizar o incluso negar la importancia que tienen para uno los propios deseos. Se trata, pues, de trasformar la comprensión de sí mismo. El camino religioso, en cambio, consiste en dejar los deseos como están y, en lugar de transformarlos, realizar una transformación del mundo mediante una proyección de deseos: el poder [numinoso] que envuelve a los humanos es condensado en seres discretos de cuya actuación puede uno imaginarse que dependen la suerte y la desgracia propias, seres vistos como poderes sobre los que se puede ejercer influencia.» Ernst Tugendhat, Egocentricidad y mística, Gedisa, Barcelona 2004, p. 136-137.

    55 Ernst Tugendhat, Egocentricidad y mística, op. cit., p. 46

56 Ernst Tugendhat, Egocentricidad y mística, op. cit., p. 120




Jorge Riechmann

Ecoespiritualidad para laicos

Cuaderno de apuntes


El Desvelo Ediciones


 

martes, 20 de mayo de 2025

DORMITORIO UN POEMA DE LAS HUIDAS POESÍA 1998 - 2024 DE PILAR ADÓN






DORMITORIO




La cabeza apoyada en el cristal

al ritmo del movimiento de las ruedas,

y un olor a desinfectante girando con el calor del motor.

El abrigo que ya sobra.

Casas de ladrillo en los bordes

por un paseo sin bancos.


Ningún cuerpo reluce. No hay rastro

de perfección

en el alargado espacio de este territorio

de materia orgánica y horas de espera.

Color berenjena en las mejillas.

Clínex en los bolsillos.

Zapatos de un marrón plástico.

Y el espacio de luz.

La supervivencia del espíritu

en este autobús que me habla: próxima parada.

Aunque solo haya tres.

Paseo de Extremadura.

Cortes de pelo sujetos en recogidos de goma

y las dudas en la cara.

Preparándome en el recibidor para entrar

y oír a mi madre exponer de nuevo

lo que ha comido mi padre a lo largo de la semana.

Purecito, verduras.

Pescado. Yugorcito. De fresa.


Detenida un minuto al pie del portal.

Sin teorías ni afirmaciones.

Añorando mi yo joven

la noción de perspectiva. El pensar ya lo haré.

La amplitud de las horas. La observación de cada posibilidad.

En la distancia. Temporal. Espacial.

Yo

salvando vidas. Yo

oceanógrafa. Yo

espía.

Yo

embajadora en París.

Sin reconocer los ojos que me estudian

desde el espejo del ascensor.


Tanto tiempo ansiando escapar en cada trayecto

y ahora este regreso. Esta expedición de siempre

a la vida de siempre.




Pilar Adón

Las huidas

Poesía 1998 – 2024


La Bella Varsovia


 

lunes, 19 de mayo de 2025

UN POEMA DE PABLO DEL ÁGUILA EN DE SOLEDAD, AMOR, SILENCIO Y MUERTE POESÍA REUNIDA

 






DESDE estas altas rocas innombrables

pudiera verse el mar

o más bien:

desde aquí

los silencios me agobian en presencias nunca

[halladas

o tal vez:

¡Oh rocas desprovistas

algo entre yo y vosotros me revela la noche interminable!


Pero es que hace algún tiempo

(no me vengáis, oh dioses, a turbarme)

que es más fuerte el amor que la tristeza o léase al revés

y quedamos amigos musas mías

que últimamente andáis despistadillas para decirlo en

[verso

o como si no fuerais conscientes del honor

¡qué palabra!

o del amor perenne que hacia el mar me arrastrará no

[obstante

los caminos.


Desde aquí no es posible

y crean que me duele que soy lírico y desgarradamente

[tierno

sino esperar no observe las miradas inquisidoras

qué más da revolcarse o volverse

lo que sí da es... (Se me cortó el hilo

qué pena si supieran la descripción tan buena que venía

[detrás

pero es que no es posible aferrarse a los muros

ni clavarse las uñas en el ojo más cerca, y esto penoso sí

[que es

observen que no trato de convencer:

más bien diría que esto es literatura

y que no queda bien pero que nada bien

hacer hermosos versos a las gárgolas de los palazzo Pitti

[yo los amo


más bien diría que es preciso ser malo en estos tiempos

y acordarse de Brecht:

¡Qué tiempos estos

en que hablar sobre árboles es casi un crimen

porque supone callar sobre tantos sufrimientos!”

y recordar más luego que somos como hijos del vacío

aun reconociendo que no es nada absorbente este panfleto

para olvidar después

sin descuidar las formas que es algo muy preciado en

[nuestra civilización

(también es duro hacer versos así habiendo rosas)

todo el lirismo ambiguo

toda la falsedad desesperada

desesperada falsedad sin hojas de laurel ¡os amo Luis Cernuda

[Rilke John Donne! Y te amo más Vallejo de mis ojos

de mis risas perdidas entrañable muertito peruano

porque es tremendo ver cómo lo hermoso nos aduerme

[las manos

(de que manera mi querido Vallejo tú lo has dicho con

[más voz

también con más belleza que ninguno)

y nos cierra las manos en las manos y nos quita la fuerza

[de las manos

camaradas hermanos sin presencia

ni falta que os hace

y de lágrimas vamos a la nada:

que es tremendo vivir cuando otro muere (o sufre)




Pablo del Águila

De soledad, amor, silencio y muerte

Poesía reunida 1964-1968


Edición y estudio de Jairo García Jaramillo


Bartleby Editores


viernes, 16 de mayo de 2025

MUNDOS SIN LUZ DE LUISA MIÑANA EN NO MORIR







MUNDOS SIN LUZ


«Pero esto: albergar la muerte, / toda la muerte, así, tan dulcemente, / todavía en el umbral de la vida, sin una queja, / eso es indescriptible».

«Cuarta Elegía», Elegías de Duino, Rainer María Rilke



Los niños de las guerras son los planetas huérfanos


Los planetas errantes son mundos sin hogar. No tienen ni amaneceres ni ocasos porque, al contrario de los que más conocemos, estos planetas no se encuentran vinculados a una estrella». Nadia Drake, National Geograhic)


Cada vida desterrada y deshumanizada regresa a nuestro lado con su nada de material de archivo:


«Yo he dibujado un bombardeo que vi en San Sebastián durante la guerra» / «En este dibujo se ve la evacuación que hicimos en Gijón para venir a Francia»,


son las voces de las niñas Ángeles Benito, de 14 años, y Rosita Corral, 12 años, de Santander, niñas de la guerra civil de España en la Colonia Infantil de Bayona,

voces que atraviesan nuestras salas de exposiciones, pantallas y periódicos desde la periferia deshabitada y fría de la Historia,

donde tantas vidas han sido succionadas,


mundos sin luz, huérfanos errantes, víctimas del llamado necesario equilibrio de fuerzas, que atan las conciencias y los miedos a inercia gravitacional del “sol que más calienta” (el decir popular, ya se sabe, siempre tan atinado)


No puedo ver los vídeos ni las fotografías

de los recién nacidos muertos bajo las bombas en Gaza,

o a punto de morir, tanto dolor y tanta soledad en cuerpos

tan pequeños, que no entienden, porque nada han vivido:

muerte diminuta que se traga

en su horizonte de sucesos todas las razones que cimentan

la civilización, densidad insondable del mal

expandiéndose de continente en continente, la más antigua,

terrible e incurable de las epidemias


Cada vida no cumplida regresa y pide cuentas

con su nada en la mochila, desde el amanecer del tiempo

que tuvo y se pierde en la playa bajo cualquier marea inflada

por las bombas,

y se llama, por ejemplo, Aylán Kurdi

(seguro que recuerdas, 3 años, 2015, arrojado de bruces al Océano

por la guerra de Siria y por todas las guerras)

Cada vida de golpe desplazada de sí y de su futuro

orbita sin estrella en nuestro estómago y en la nada

de nuestra cobardía y de nuestra impiedad,

por los siglos de los siglos, y se llama Rezwana

(la niña afgana que perdió a su familia, 2015, 13 años

entonces, frente a Lesbos la isla de olivos abundantes,

que fue tierra de Alceo, Safo, y Anacreonte y Odiseas

Elytis, ay, la muerte: no es refugio,

ay cómo cruje por dentro del cerebro,

cómo machaca lengua y corazón):

sola Rezwana contra la Historia, contra la oscuridad

de la razón burocrática, por los siglos de los siglos,

por los siglos de los siglos, por los siglos de los siglos


Los planetas pueden ser expulsados de sus sistemas estelares solo por

objetos más grandes. Se cree que los planetas quedan huérfanos y

deben vagar por el Universo interestelar, cuando dos protoplanetas

chocan entre sí. La fuerza del impacto es tan fuerte que expulsa por

completo del sistema estelar al planeta ya huérfano


por los siglos de los siglos, tanta orfandad, tanta muerte




Luisa Miñana

No morir


Lastura