martes, 7 de noviembre de 2023

UN POEMA DE GSÚS BONILLA EN EL MUNDO FLORECE PARA SER ESCRITO

 




 

 

DEJAD EN PAZ DEL HOMBRE LA CORTEZA QUE SALE EN SU DEFENSA

desistid en atizar a este tizón incandescente

que se pierde inmediato en la senda de su frío

y hágase presente

la delicada piel de la palabra hierro

 

Con esta madera muerta cargo

y asciendo arácnido por la hebra de hilo, el edificio

y los cartílagos

 

si algo forma parte del entorno, eso soy:

ungüento y aceite. Pócima

ahora, que la procesionaria no hace tanto estrago

y no encuentro historiales de roturas

 

Cuando despierte cerraré el trato

desconozco a dónde iré con este daño y la boca partida

si no es hacia otro punto cardinal oculto en la superficie

[del espejo

y el reflejo que me atiende esta mañana dirige la vista hacia

[otra latitud

 

aseo mi barba, aseo mis dientes, aseo

la oquedad de mis oídos

por asear aseo el cabello lacio y casposo

ápice y penacho

que embellece a una mazorca

 

cuánto aseo, me pregunto, para tanta fisura

[interminable

sin embargo, sigo percibiéndome desagradable

[en mi

caligrafía de escarabajos

 

Indago en la rebañadura de las uñas

no sé qué raíz encontraré

o semilla olvidada antaño

cerca de la roca original

 

me reservo mi derecho micelar a fabular

en el compromiso del poema

 

mi madre es una Araucaria que vuelve

[a guiñarme un ojo

y tarde o temprano sé que me comeré

[sus párpados.

 

 

 

Gsús Bonilla

El mundo florece para ser escrito:

Cuadernos de un ecosicario

[La negligencia del jardinero]

 

La oveja roja


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