miércoles, 12 de agosto de 2020

CAMINAR DE ANA GORRÍA


 

 

 

RESISTENCIA

 

 

 

Como si fuera un laberinto roto, la duda en la palabra rompe aguas. Al margen de lo dicho, satisfecha la pelvis ¿dónde la no semilla? Cierro los ojos ante la impaciencia del muro que rodeo y apenas reconozco, ligero, como nubes que se esconden. Alto contra lo grave de la altura va el día sobre el espeso silabeo del decir. La muerte se levanta de su sueño como el mar en el dique de la orilla. El universo rompe su cáscara extraviada. Así, la luz se opone, recoge sus esquirlas. El límite más torpe son los ojos.

 

 

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ÚTERO

 

 

 

Afuera, el horizonte, donde el espacio tiembla porque aguarda su cauce lento. Quién navega en las aguas mientras se espera. La nada y el origen, qué hueco conquistado. Cuando se rompe, nos difuminamos. Qué tormenta saluda el nuevo día.

 

 

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DESNUDEZ

 

 

 

Tiempo dedicado a la nada. Masticar hojas muertas. El grumo del sentido florece en el sudario y el óvulo se entierra en la placenta. Nacer al tiempo muerto, sin embargo. La marcha es imposible, el ojo sobre el tiempo está dormido. La interrupción. Soñados van y vienen, la piel va, el tiempo va, el sonido ya es ido, la boca yerta, la boca abierta y muerta en la respiración en la mortaja en el juicio final en el final infinito finito fin confín

 

 

 

Ana Gorría

Caminar

 

Planeta Clandestino #211

 

Ediciones del 4 de agosto


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