viernes, 8 de noviembre de 2013

CADUCIDAD


Túnel de lavado, octubre de 2013 por Pablo Müller



«Tan importante es

aparecer como desaparecer.»

David Mayor

 

Caduca la madera de los árboles,

— tarde o temprano—, caduca

la hoja, la estación y el año,

caduca el animal incluso

aquel que avisa las mañanas

y los ayeres, caduca el texto

y el obstáculo, la palabra

usada y la exactitud

con la que disponemos

los cubiertos sobre la mesa

donde comerán otros,

— caduca el billete

sencillo, una máquina

dirá si es legible si

te permite franquear la puerta

al viaje —, caduca el refugio

donde pongo a salvo el último

kilómetro antes de llegar

a casa, — caduca la fuga y el

punto del resto, anzuelos

caducan a pesar de la vieja

podredumbre, caduca, — no lo dudo —,

ese papel, este lugar, este

aire que nos respira. Ahora

sufre la palabra, en la estirpe,

en la playa, en la esquina de la

calle, a los restos, a que pases

y te escoja para andar.

 

2 comentarios:

  1. Todo caduca, supongo que para bien o para mal, tardando demasiado o muy poco, según a quién se pregunte.
    Si no te importa me quedo por aquí, me ha gustado mucho lo que he leído, y el hecho que se sea natural de Bilbao solo porque así se decida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Je, je, gracias por venir Nurocas, son tus papeles y tu ciudad, territorio abierto, da igual como se llame, como la llamamos.

      Eliminar