domingo, 8 de mayo de 2011

EL BENEFICIO DE UN BANCO CAE


No quiero morir aun, hay cosas que no tengo. Fotografía de Pablo Müller de un graffiti en mayo de 2011


Titula el periódico que un día dejó
de leer Jorge Riechman
que el beneficio de un banco cae
tal vez por su propio y excesivo peso
acaso porque pende sobre nuestras cabezas
o vino — el beneficio — sin pensar a causarnos
desgracias
a provocarnos peligros

Dice Pablo Müller que el beneficio
no se cae
que adelgaza
y que cuando el mórbido obeso
baja de peso — como el caso —
debe sentirse agradecido

Pablo Müller dice que quien cae
es el ánimo de la desempleada,
la alegría se desploma en las casas
donde no entra el salario
que se cae el sol para morir el día

Dice Pablo Müller que caen los brazos
abúlicos, caen los sueños
destripados en los insomnios
caen ejecutadas las hipotecas
y así caen los muebles las ropas las vajillas
a la calle
caen muchas lágrimas sobre las enfermedades
y el miedo
pero el beneficio no,
no cae nunca, no.
No el beneficio.


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