miércoles, 27 de agosto de 2025

CUERPOS CAÍDOS EN LA MISMA GUERRA Y OTROS DOS POEMAS DE MARIBEL ANDRÉS LLAMERO EN 80.000 SOLDADOS DE TERRACOTA






CUERPOS CAÍDOS EN LA MISMA GUERRA



La muerte

muchos la conocen

yo también

la he visto

venía a por mí

bien sé que venía

directa a por mí.


La muerte desgarra en ti

estos dos corazones

nuestros.


Como la muerte venía a por mí,

se llevó tu vida.



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VENENO



Te lleva a ti la muerte

y deja bajo mis ojos

el veneno.



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OBJETO FUNERARIO



Te he dejado lo más valioso que tengo,

piadosos besos sobre los párpados,

con la fe de que su brillo deslumbre

los ojos del barquero

tú nunca en la pradera de Asfódelos,

óbolo que habrá de abrirte aún las puertas

del último destino,

del paraíso en que premien

a los que en vida se hicieron

merecedores de amor.




Maribel Andrés Llamero

80.000 soldados de terracota


Editorial Sloper


 

martes, 26 de agosto de 2025

DOS POEMAS DE ANTONIO COLINAS EL RÍO DE SOMBRA TREINTA Y CINCO AÑOS DE POESÍA, 1967 - 2002






XXIX



Aún veo que son muchos los fuegos que se alzan

en las noches de estío, y de día la luz

sigue ardiendo en la luz. Al fin, llegó la hora

del regreso y he vuelto a dormirme tumbado

en el heno recién segado y muy reseco,

bajo cálidos hielos, bajo el manto de estrellas.

Cuenco de astros volcados, maravillosa horma

de mi vida, saetas que caéis de los cielos

sin cesar, que jamás dais al alma respiro.

Oh fieles luminarias de mis días de infancia,

vagos, remotos mundos en la sangre enraizados,

¿qué sueños provocáis de nuevo en esa herida

que los años no dejan de entreabrir lentamente?

Cierro y abro los ojos contemplando la luna

hoz de hielo que silba entre los encinares

y sobre los jarales aún calenturientos,

hasta que a medianoche, desde el monte Teleno,

desciende el frío aroma de los pinos sangrados

y se refresca el aire, que penetra en las venas,

y se adormece el cuerpo, y se adormece el alma

bajo este techo excelso y demencial que está

girando sobre mí, dulcísima energía

de las almas que parten y de almas que vendrán.

Fusión de la materia, de tiempos y de límites,

en mis ojos abierto, en mis ojos cerrados,

mientras yo mismo giro, durmiendo, silencioso,

con ese orbe remoto que se expande, fundido

bajo su negro y turbio gran fuego musical.



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XXXII



Recuerdas una senda sombría entre castaños

y un arroyo arrullando la piedra de los siglos,

allá por una umbría del Valle del Silencio.

Recuerdas el camino, la misteriosa vía

ahora que el vacío está desorbitando

tus ojos, y tu vida, y tus sueños mejores.

Estás en el vacío que atraviesa el dolor.

Estás en el dolor que alimenta el vacío.

Y llega tu recuerdo, como un sueño vivido,

aquel paso del valle que protege la nieve.

Te llega sin relinchos, sin plegarias, sin cantos,

sin la soez blasfemia de algunos peregrinos.

Ya no hay huellas de pus en las losas del atrio.

Hoy un hondo silencio se ha llevado a los hombres,

a sus cruces, sus armas, sus cirios, sus hogueras.

El tiempo ha carcomido la madera aromada,

ha sembrado de víboras las ruinas del cenobio,

ha hincado sus pezuñas y ha metido su hocico

en las sangrientas vísceras de la Historia, ha roído

lentamente los huesos de los más firmes dogmas,

ha arrancado las santas cenizas del sepulcro

a través de incesante turbulencia de crímenes.

Aún así, hoy añoras el silencio enlunado

de la braña, la senda perdida entre castaños,

protegida por una lejanía de lobos.

Desde el vacío ansías el perfecto vacío,

la misteriosa senda de la que no se vuelve,

que conduce a un remoto cementerio de estrellas.




Antonio Colinas

El río de sombra

Treinta y cinco años de poesía, 1967 – 2002


Visor


 

lunes, 25 de agosto de 2025

DOS POEMAS DE CARMEN PALOMO PINEL EN TU ESPALDA EL DESIERTO

 






Un libro



QUIENES lo abrían

recibían el tizón del ángel.

Poliedros ardían en su frente.

Y un mandato:

desconcertad, desconcertad.



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QUERRÍA estrangular este poema,

matar estas palabras

porque a veces no expresan,

solo ensucian

o entierran

como limo que priva del tesoro.

No hay odio suficiente, de tanto que merecen.

Mira qué inconsecuencia,

mira qué detestable necedad:

pretender envolverte mi amor en este fósil

que llamamos lenguaje

cuando decir lenguaje es triar un ataúd para lo vivo.

Yo querría

que quedara tan solo

lo puro del corazón.

Que él te descubrieras

tan lejano de todas mis palabras,

tan superior a todas.

Que en su fondo no hubiera rastro de ellas

ni de mí.

Pero este poema es también parte

de aquella paradoja de lo humano

que se busca a sí misma

en un deseo

virado a lo imposible.

Por eso aún pretende, temerario,

que sepas que te quiero.

A pesar de ese abismo que separa

el anhelo infinito

de sus menguantes logros,

a pesar de que este poema huele a agua estancada,

a víscera pudriéndose,

a carne en descomposición,

yo te suplico un salto

al vacío:

cree en este amor que en él tienta decirse.

Como todo lo sacro, también la palabra

pide un acto de fe.




Carmen Palomo Pinel

En tu espalda el desierto


XLI Premio Leonor de Poesía 2022


Ediciones de la Diputación de Soria


viernes, 22 de agosto de 2025

HAY VERDADES QUE MI HIJO NUNCA ESCUCHARÁ DE MI BOCA UN POEMA DE ALKAID MARINO

 





Hay verdades que mi hijo nunca escuchará de mi boca



Mi hijo, al igual que yo,

se quiebra la cabeza

al intentar comprender

la naturaleza dividida

de las cosas:


¿Por qué somo seres

fragmentados?


¿Por qué necesitamos dividirlo

todo?


¿Cómo puedo explicarle

que alguna vez

él se quebrará

ante algo que fue concebido

para ser distancia?


¿Cómo puedo explicarle

que aún escucho la voz

de mi padre

alejándose del corazón

de mi madre?


Trazo una línea

para formar la primera fracción

en su cuaderno:


la tarea no consiste

en entender

en cuántas partes está dividida

la figura;


la tarea consiste

en evitar

que se divida el corazón

de mi hijo.




Alkaid Marino

A las fracciones papá les llamaba quebrados, algo tenía que romperse


Ediciones Liliputienses


jueves, 21 de agosto de 2025

VÍSPERA Y LAUDE DE MINERVA MARGARITA VILLARREAL EN LAS MANERAS DEL AGUA

 





VÍSPERA



Las noticias llegaron a Ávila la noche del 23 de marzo

justo el día que llegamos

Apenas nos descalzamos

apenas me cobijaba en el sofá del hotel

después de largas horas de vuelo

después de la nieve

que cubrió con el blanco festín

de sus alas

animales y arbustos en la carretera

y tristemente aceptamos sus designios:

Había muerto de infarto

pero pudo haber muerto de asfixia

pudo haber muerto ahogada

o de un golpe en la sien

dadas las altas dosis de alcohol

que la perdían

encerrada en su celda

o la dormían

anestesiando su impotencia

la rabia el coraje

Jamás encontraron la cabeza

(La escena del amigo del padre

manoseándola niña

durante el viaje de regreso)

Cuando muere una hermana tan lejos

de la nieve de Ávila

(La escena del amigo del padre…)

(La cabeza del padre…)

Cuando muere tan lejos

todo el frío de la noche

penetra

cada poro

y hiela tu duelo

Cuando mueren sus alas

y no la vez

su voz se sigue escuchando

sigue alumbrando los años que te había cerrado la vida



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LAUDE



Sueño que cada cosa

crea

lo que parece vivo

fertiliza

lo que parece estático

espera

nunca nada está

muerto:

El trazo luminoso de tu vacío

estremeciendo el aire

Las rosas con que pueblas el cielo

y al puente no se le ve

Ese tránsito de las constelaciones

que al tiempo enmudece

se hacen uno

para bordar un arriate a tus pies

y que extienda sus alas tu perfume

que corone la huerta tu voz

y la prodigue al mundo

como el rocío

como las gotas del licor de la Vida

que al amanecer

esparces

sin que nadie te vea




Minerva Margarita Villarreal

Las maneras del agua


Siglo XXI

FCE




miércoles, 20 de agosto de 2025

UN POEMA DE EMILIO J. LAFFARRANDERIE EN UN INTERVALO UN TÉRMINO

 





un organismo en la variante migración


las estaciones las pobrezas cromáticas

la poca soberanía de las palabras


la autoridad respecto a lo inerte

en un escenario por suceder


un ritmo coaccionado por su réplica

se inhibe de forma ejemplar


nichos y cuerdas exhaustas


hoyos lisos en cada sitio pendiente




Emilio J. Lafferranderie

Un intervalo Un término


Ediciones Liliputienses


martes, 19 de agosto de 2025

TRES POEMAS DE LUCERNARIO DE JULIA BELLIDO

 






V



Del recuerdo de algunas luces queda

solo la oscuridad que nos dejaron,

el hueco negrísimo

de una ventana ciega.


Y también nos quedan

los fugaces indicios,

los breves apagones

que ya nos advirtieron al principio

que esa luz

no nos alumbraría para siempre.



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VII



Tan solo puedes ver la telaraña

cuando llueve

y el agua

se cuelga de sus hilos

y la luz la atraviesa.


El resto del tiempo

permanece invisible.


Es es Luz

la que yo busco.



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XXV



Sobre tu falda negra

un paño blanco

como un cuenco de luz que cintilara.


Un puñado de habas

cayendo en ese hueco,

brotes tiernos de vida en tu regazo,

un huerto generoso,

un enjambre, abuela,


donde una vez estuve.




Julia Bellido

Lucernario


Garvm