jueves, 13 de marzo de 2025

LAS CHUMBERAS UN POEMA DE MAHMYD DARWIX EN LA HUELLA DE LA MARIPOSA

 






LAS CHUMBERAS




LAS chumberas que flanquean la entrada de los pueblos han

sido siempre las guardianas de los signos. Cuando éramos niños,

hace unos minutos, las chumberas nos indicaban el camino. Por

eso nos quedábamos hasta tarde fuera, en compañía de los cha-

cales y de las estrellas. Por eso escondíamos las pequeñeces que

sisábamos un dátil, un higo seco, un cuaderno en sus alcobas

de espinas. Cuando crecimos, sin saber cómo ni cuándo, sus flo-

res amarillas nos incitaron a abordar a las chicas que iban a la

fuente risueña, y nos jactábamos de las espinas que se nos clava-

ban en las manos. Cuando la flor se ajó y el fruto brotó, las chum-

beras se mostraron incapaces de repeler las armas del ejército

asesino. Pero siguieron siendo las guardianas de los signos: allí,

detrás de las chumberas, hay casas enterradas vivas, y reinos,

reinos de recuerdos, y una vida que aguarda a un poeta que no

se recree en las ruinas, a menos que el poema lo exija.





Mahmud Darwix

La huella de la mariposa


Traducción de Luz Gómez García


Editorial Pre-Textos


miércoles, 12 de marzo de 2025

MIGUEL CASADO EN UN DISCURSO REPUBLICANO SOBRE LA HUELLA DE LA MARIPOSA DE MAHMUD DARWISH

 








La Huella de la mariposa, el último volumen que publicó en vida, expresa bien esta apuesta; voy a centrarme en él por eso, y también porque lo considero uno de los grandes libros de lo que llevamos de siglo. Subtitulado Diario (verano 2006-verano 2007), reúne notas, apuntes, escenas, que, pese a no dar indicación de fecha ni de lugar, cumplen la tarea de recoger el hilo de la vida cotidiana a lo largo de un año. Textos en verso y en prosa se mezclan sin norma visible, salvo la decisión de la escritura cada vez y la voluntad de transmitir un fluido común que los atraviesa, como una corriente eléctrica que los fuera encendiendo y apagando según pasan, en un parpadeo temporal de estaciones, noches y días. En su curso toda clase de elementos entran en contacto, se yuxtaponen, la molestia del mosquito que no deja dormir y la referencia que él mismo trae de al-Mutanabbi. Fue Yannis Ritsos quien usó la fórmula «lirismo épico» para hablar de Darwish y sigue siendo precisa: un sucederse de relato y sensaciones, de soledad y vida colectiva, un tono ensordecido, de menudos matices, de apariencia leve y desgarro retardado; no en vano, el porta confiesa: «A los sesenta ya no has de hallar ningún mañana / que cargar a hombros de los himnos». Desde el mirador de la edad, el libro está movido por un impulso de balance, tocado por una inminencia de final. La muerte ya está ahí, apenas impuntual, visitante esperado, y su certeza modela la sabiduría y el tacto de la mirada. Se diría quizá que su aceptación produce una nueva relación con la vida.

P, 217 - 218





Miguel Casado

Un discurso republicano

Ensayos sobre poesía


(Sobre Mahmud Darwish y el estilo tardío)


libros de la resistencia


martes, 11 de marzo de 2025

CINCO POEMAS DE NEUS AGUADO EN LA LLOVIZNA DEL PUERTO

 






5



Tres días con sus noches

ardió la vela naranja.

Somos personas de paso

que saben del trabajo de los cuerpos

del rezo imprevisto

del rito inacabable



―――――――――――



12



Que ni tú ni yo seamos palabra

sino trabajo en el tiempo,

lo que permanezca

después del llanto de la lluvia.

Extravagantes formas

del silencio

que ha hecho acopio de todo lo callado.



―――――――――――



13



En el desierto cuerpo de mi paisaje

las noches son insomnio de arena

y las dunas no es verdad que sean suaves

son aristas a los ojos del eremita

después de un aprendizaje de años

contemplando más allá del límite.



―――――――――――



25



En la oscuridad del amor

crepita el silencio

muerto de miedo,

demasiadas palabras

casi acaban con él.

¿Y los malentendidos?

Ah, los malentendidos.



―――――――――――



81



En un tablero azul

te nombro amanecida,

ya perdí hace tiempo.

Tal vez no es pérdida

no haber ganado nunca.




Neus Aguado

En la llovizna del puerto


Cuadernos de la Errantia


sábado, 8 de marzo de 2025

ELLOS MACHAN UN POEMA DE ISABEL MARTÍN EN LAS NOCHES DE LUPI EN MOGUER

 






Ellos machan


En nuestra sociedad los hombres han sido los autores reales o potenciales de la guerra. Desde que los hombres nacen, se les forma y moldea para que sean capaces de ejercer poder político, de identificar sus intereses con la nación-estado y de destruir la vida. Los hombres han estado en una posición que les ha permitido prepararse para la guerra, declarar la guerra y hacer la guerra”. 1


Fernando Hernández Holgado




Los machos machan a sus anchas a lo largo del mundo.


Los machos van machando hacia sus guerras,

las guerras

que han hecho sus machadas.


Los machos machan y a su paso

la desigualdad continúa más grande cada vez.


Los machos machan a sus anchas

y nosotras, seguimos haciendo en las sombras

que el mundo

no se muera.




Isabel Martín

Las Noches de Lupi en Moguer – Voces del Extremo


Coordinador de la edición: Antonio Orihuela


La Única Puerta a la Izquierda




__________________________

1- Miseria del militarismo: una crítica del discurso de la guerra. Cap V: Mujeres y guerras. Militarismo y patriarcado. Fernando Hernández Holgado



jueves, 6 de marzo de 2025

EL NOMBRE DE MI PEZ UN POEMA DE JORGE ORLANDO CORREA EN PRIMEROS Y ÚLTIMOS INSTANTES DE UNA MAÑANA

 






EL NOMBRE DE MI PEZ




a mi pez le puse el nombre de una mañana

hace dos décadas el cielo aún era oscuro

me despertó el grito de alguien

que advertía un incendio


no recuerdo las cenizas sí el aleteo

de las llamas toda la ciudad

se convirtió en antorcha


de mis pertenencias sobrevivieron

el ánimo por caminatas inútiles

dar con países extraños

callar en lenguas


¿qué puerto espera y olvida

su armadura de plata?


¿en cuántos buques hundidos

habrá sido feliz?


¿sabe que existe un vacío nombrado

tierra firme?


hoy mi pez nada en círculos

como si fuera un perseguidor

o un perseguido todos los días

lo observo a la misma

hora detrás del vidrio

en esta tienda de acuario

antes de volver al día siguiente




Jorge Orlando Correa

Primeros y últimos instantes de una mañana


Ediciones Liliputienses


miércoles, 5 de marzo de 2025

TRES POEMAS DE CARMEN ALIAGA EN JAULA DE GRILLOS

 






¡AY, Amor!

quiero volver contigo

a las lucernas,

al núcleo del sol,

a la madera,

a la pequeña casa siberiana,


al porvenir de un bosque renovado,

a la cumbre, al insecto,

al bol donde guardé

la levadura de lo alegre,


al plato del encuentro,

a tus finas varillas

en la harina del pecho

redondo y combustible.



―――――――――――



QUE todo sea sustento

y me alimente

la leche de tus árboles,

tu lengua clorofílica;


que el prado me devuelva

las grullas en bandada,

el cortejo nupcial,

el júbilo del baile.



―――――――――――



¡AY, Amor en amor!

Amor de nada y de nadie,

no dejes que me pierda

en este portafolios,

en esta fría y negra

pizarrita del cosmos.


Tan grande es el dolor

de mi conciencia,

que pesa en mi costado

un edificio,

una ciudad entera

de hombres en mis hombros,

un hachazo,

una plaga.


Soy ceguera,

desuello,

última voluntad.


Espero agazapada

en el viejo pinar

el disparo de gracia.




Carmen Aliaga

Jaula de grillos


Olifante Ediciones de Poesía


martes, 4 de marzo de 2025

8 DE ROXANA POPELKA EN EL LIBRO DE LOS EMBALSES

 




8.


Se entraba a trabajar normalmente a las ocho.

Llegaban como si fuera una expedición.


Llena de indicaciones


De Andalucía, de Extremadura,

también de la parte de Galicia.


se agrieta la casa:

el norte el sur,


Y venían de los pueblos cercanos.


así que prepara el anhelo

plagado de carretillas.


En esos tiempos escaseaba el trabajo.


No es ningún niño que espera

sentado a la mesa de la cocina.


Los de Andalucía, cuando veían esas peñas, se asustaban,

ya querían volver a marchar.


La gente no quiere marchar de las casas.


Que se haga de noche, grita


Dicen que aquello no va a aguantar.

A este río le llamaban el río Grande.


y cava una cueva

en un santiamén.


Y no había quien lo parara

ellos creían que se podía hacer eso,


La rapidez del enyesado

feliz los objetos,

la palanca,


pero nada de eso y después veían que no salía

y les llegaba el agua,

y ya no había solución.


y los domingos mercado

incluso antes de tomarse

un caldo.


Y unos marcharon pa un lao

y otros pa otro,

y así fue todo.


El primer accidente,

era un capataz.


El guardapolvo

va cosido de arriba abajo

el guardapolvo.


Esto fue abriendo la carretera de coronación

de la cantera de Sueiro.


Comparte ese tipo de

tela (¿tan especial?) un material

invisible.


Era una voladura.

Y después de la voladura

él fue a ver cómo había quedao.

Pisó una piedra

que estaba haciendo balancín.


Y así naufraga

por el puerto de Navia,

a fin de cuentas,

bucea

lo necesario.


Al pisar aquella piedra basculó


Ves, no todos saben nadar.


y el bajó toda la escombrera.

Murió en el acto,

lo vi sacarlo con una camilla.



No estábamos preparaos de aquella

pa tanta maquinaria.


Espera abajo.

¿Lo conocen

por su nombre?


Yo vine pa qui en junio del 46.

Empecé a trabajar en agosto

y seguí trabajando todo el Salto.


Se titula divergencias

de ahí que aparezca equipado

con una permanente ideología

de los últimos treinta años.


Y después me quedé ahí

y me casé,

y aquí sigo funcionando.

Y aquí moriré si no me llevan pa otro sitio,

Vamos.




Roxana Popelka

El libro de los embalses


La Única Puerta a la Izquierda LUPI