martes, 13 de mayo de 2025

EL FULGOR DE LA PALABRA DE ROSA LENTINI EN MONTBLANC EN SOMBRA Y PIEDRA






15

EL FULGOR DE LA PALABRA




No solo el cuerpo engendra, también la palabra.

Cantar es descender, adentrarse en lo más incierto y desconocido en busca de aquello que complementa la pérdida.

La falta de cimientos de las construcciones antiguas, su aparente escasez, oculta una promesa. En los arcos de medio punto medievales descansan las casas, las bases sobre las que asentar permanencias más largas que la de una vida.

Al llegar desconocíamos que los lugares ocultan sus pérdidas. Y que el idioma invisible de las manos sobre otro cuerpo dice más ahora, la prueba de que el tiempo de todos se entrelaza, y el recorrido que trazamos pesa.

Nuestra sangre es memoria. Hoy nos aflige que los recuerdos se desvanezcan, pero un día el olvido se llevará también el regalo de esta carencia.

Rompemos el espejo de las palabras que se dijeron, pero luego, desde el azogue resquebrajado, inventamos nuevas fórmulas, como la película que hicimos y que contó con un espléndido reparto de entregados actores debutantes.

No pretendíamos sino un reflejo primigenio, retener, ante todo, una palabra entera que como una luz reconquistara lo roto por partes, escamoteando al tiempo fragmentos, luces unidas a vigilias como palabras a instantes para que nada pudiera desaparecer del todo, ni siquiera el diálogo con los muertos, y entonces, al otro lado del espejo, el reflejo sentiría nostalgia de su ser primero y nos mostraría nuestros propios ojos nombrando la tierra.

Porque si recordamos para quedarnos y creamos cuando empezamos a olvidar, escribimos como una forma de fijar lo que no podemos detener.

«También nosotros empezamos en este espacio», nos decíamos mientras avanzamos entre lo sueños de los durmientes que de casa en casa se llaman cómplices, como las montañas se reconocen en los pliegues de otras montañas a lo lejos.

Mucho después seguimos en este lugar redefinidos, como cuando al injertar nuevos brotes a las cepas se las hizo más resistentes a la devastadora filoxera.

¿Pero, ante todo, qué hemos salvado?

Unas pocas palabras, algunas imágenes como una segunda alma que nos habla familiarmente, y a veces el fulgor de lo que se dijo.

Alzados los ojos a los que fuimos al llegar y a lo que esperábamos y, ¿por qué no?, a los que somos ahora, nuestra segunda naturaleza se vuelve liquen, un musgo verdoso o agrisado, espeso y suave que resguarda un frágil mundo dentro de sí.

Porque somos lo que estamos pensando, podríamos haber nacido para ser menos, algo que se arrastra, algo que subyace bajo el sol, la pluma caída de un alón, algo partido y dejado en la arena, un fragmento de cobre encajado en una cadena más larga, una distancia inconmensurable...


***


El camino se abre paso en la noche como una zarpa de topo y avanzamos a tientas, solo con nuestro olfato, llevando las palabras hasta los ojos, como brazos, como aliento, preguntándonos sin ahora somos realmente un poco más sabios.

Pero también se puede aprender contra un cuerpo recién creado. Una cabeza que brota de una vaina gime, se estira, crece y por primera vez vuelve el rostro hacia lo alto. Abre sus ojos y, como una oración muy antigua, nos descubre...




Rosa Lentini

Montblanc en sombra y piedra


Libros de la Hospitalidad

Olé libros


 

lunes, 12 de mayo de 2025

TRES POEMAS DE CLIC SEGUIDO DE EXCEPTO DE ANTONIO MÉNDEZ RUBIO






SAL, ángel,

de tu lujo de miedo.

Ven al umbral

donde se habla del fin.

Donde se está en lo cierto.

Renace una vez más

aquí, sin mí o

conmigo. Sal

de buena mañana

de cacería.



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DONDE toda abstracción

del terreno de puro

no saber se sabe muy

por debajo de nada

hasta que duele y

cae casi

sí ahí si

fuera todo verdad


pero no entonces



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LA realidad es

que gracias al poema

la claridad se estría aquí

tal óxido que tú

madrugas y te ves

más lejos de ti incluso

que cuando sin

pensar en nadie

te decías

si lo supieras

no lo escribirías




Antonio Méndez Rubio

CLIC seguido de excepto


Olifante Ediciones de Poesía


 

jueves, 8 de mayo de 2025

UN POEMA DE LOS OJOS AMARILLOS DEL MIRLO DE JESÚS PACHECO

 






XIII

EL NÚCLEO DEL HOGAR.

ASUMIR LA DESTRUCCIÓN DEL DESEO

ES ASUMOR LA DESTRUCCIÓN DEL CUERPO



A la muerte le importa la gramática.

AURORA LUQUE



quiero destruir la casa, derrumbar

sus paredes de angustia

su agonía divina

y su fúnebre olor a rosas secas

quiero y, sí, verdaderamente ansío

acurrucarme en el jardín, yacer sereno entre sus hojas

escribirle poemas al almendro

dormir bajo su sombra // ser parte de su sombra

deseo morir todas las noches de mi vida

cuando la luz se apague

cuando cese el jardín


(desear no-deseo

hacia el fruto maduro

donde la carne

texto y textura, el signo

un lienzo en blanco, un lienzo

yo no sé qué, no sé

amor-amor estar en los espacios

jardín-jardín la flor se muere-muere

un cántaro, dos cántaros

rima-rima, a la muerte

le importa la gramática)


quiero salir de esta prisión maldita

de este quién, escapar de los amiantos

y de los caracoles amarillos

quiero, sílaba a sílaba, los sueños

sumergirme en zarzamoras tiernas

pintar mi piel, delinear los ojos y morder las manzanas

y sí, sí, sí, sí, sí

cada día la luz es cada día

y no puedo el poema de la sombra

no bebo las palabras

de cal es mi veneno

y de sed, mi esperanza


(desear no-deseo

la sintaxis que no

un cuerpo es o los árboles

ritmo y sangre, suspiro en el suspiro

caída

también y, sin embargo

tan textura y tan texto

donde el azul, no siempre

un animal, quemar la flor

amado con amada

y, sin embargo, traen seres de luz

luz-luz, aquí los nombres

aquí

justo aquí

purgar el vuelo del mirlo

sin embargo, tan lejos

porque la oscuridad)


pero si abro las puertas de esta casa

una garza es quizá con amarillo

cielo ardiente, volver a la duda-duda

al deseo

no

palabra tras palabra

lirios no crecen lirios todavía

entre el campo y la sangre

entre el sueño y sin fuego

palabra tras palabra

amada con amado

mientras nadie florece


(desear no-deseo

bái-še méw qorazón de mib repítome

mientras cada destello se aniquila

antes de cada lumbre

antes de cada estrella

verso y flor, flor y verso

volver a la duda-duda

aniquilar la duda-duda, viven

los seres diminutos

animal

sin sangre

el jardín más allá de los incendios

hacia el fruto maduro

aún

los labios se humedecen

seca la fuente-fuente)


bái-še méw qorazón

rompo

el

jardín

hay ceniza

sobre el fúnebre amianto de los sueños




Jesús Pacheco

Los ojos amarillos del mirlo


Ultramarinos


miércoles, 7 de mayo de 2025

TARDE DE DOMINGO UN POEMA DE MIRIAM PALMA CEBALLOS EN EXILIOS. HACIA EL AZUL

 






TARDE DE DOMINGO



La tarde se destartala

entre cajones

desordenados de olvido.

Por el filo de las siete se desliza

confundida entre las pelusas de los álamos

una palabra que promete

ser algo más

que una falacia.

A las ocho le salen sus ojeras.

Cuando el sol de abril

ya sólo abraza la parte alta

de las fachadas de la otra orilla,

se anuncia el cansancio

del cangrejo insomne

y la tristeza revienta

los tímpanos de los jardines.




Miriam Palma Ceballos

Exilios. Hacia el azul


Ediciones en Huida


martes, 6 de mayo de 2025

CADENA DE CUSTODIA, CURSOS A DISTANCIA Y EL CUARTO OSCURO TRES POEMAS KATY PARRA






CADENA DE CUSTODIA



Con muestras de la última comida,

nos retroalimentó, nos puso

a cuatro patas, en tela de juicio,

a base de Prozac,

desde que la saliva aprendió a maldecir

el hedor de las bolsas de basura

y a sellarlas con cinta americana.

Ese día

comenzó la crianza de Diógenes.

La patria potestad de los principios

retrocedió a su origen

entre virutas de lealtad

hacia un dios sordomudo, parecido

al amante que nos dejó morir de inanición;

un dios que nunca dijo nada, ni siquiera

su nombre.



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CURSOS A DISTANCIA



Podría no lo niego dispersar mi ignorancia

con clases de luminiscencia,

trashumancia, artes fónicas

o de física cuántica. Estudiar

los preámbulos de la entomología

con todos los gusanos y las larvas

que he ido acumulando en la nevera.

Podría comenzar

un doctorado en toxicología

y hacer cursos endémicos y cursos para avispas,

cursos para aprender sin previo abismo

las cosas importantes:

a dormir como sueñan los gatos

encima del ropero;

heredar su virtud para sacar matrícula

en el salto del tigre. Y regresar

al claustro sin rasguños.

Podría por instinto

investigar al fin con fines barbitúricos,

qué bondad necesita el cerebelo

para seguir a flote, encima de la cuerda sin caer

y aprobar el examen de la serenidad.

Por ejemplo,

aprender a morir con lo puesto, a vivir muchas veces.



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EL CUARTO OSCURO


He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño

Joseph Heller



Me enseñaron a ser escrupuloso,

así que hice las cosas

con premeditación y un par de guantes.

Me enseñaron a ser contemplativo,

retráctil. Me obligaron

a ser un pusilánime:

marioneta que sigue los tirones de la “normalidad”.

Como todos los hijos del error, desclavé culpa a culpa

las horas de la infancia

en aquel cuarto oscuro (una suite de juguetes averiados).

Después los años fueron mudando sus catástrofes.

Sus cloacas me abrieron las compuertas

como dos hemisferios opuestos de la luna.

En ese punto ardían los cuchillos y el ron.

Lo fui matando a ratos. El placer

me dolió como siempre: casi toda la noche.

Luego limpié el orín, la sangre,

el mandamiento cuarto y me acoplé al difunto. El nombre

no importaba. Aquel desconocido estaba allí

amándome a escondidas, confusamente muerto.

Después desholliné su rastro de la escena.

No hay crimen que no sepa huir de su difunto.

Llevo ya muchos años

deshaciendo el amor con tipos como él.

Todos se parecían a papá.




Katy Parra

Cadena de custodia


Ediciones Liliputienses


 

lunes, 5 de mayo de 2025

UN POEMA DE LOBOS QUE MIRAN DESDE LOS PIES DE LA CAMA DE ANTONI SANCHIZ

 






Cada pasado

un pasado nuevo,

ayer será mañana

semilla

y árbol

de la vida revivida

tu nombre su nombre ahora,

tu mirar

el recuerdo

del exhorto conjurado contra el óxido de las células,

tu mirar

la piedra

contra la que tropezar

cada ayer

y cada

mañana.


Hoy

no existe, hoy

no es, hoy

no fue.




Antoni Sanchiz


Prólogo de Carlos S. Olmo Bau


Boria Ediciones