framåt,
retablo
Aceptarse no siendo, y al
aceptarse ir siendo, ir hacia el ser, aceptar el riesgo de ser en
falso, de ser otra cosa, de ser el otro, uno de los múltiples otros
que la posibilidad ofrece en sus espejos, y uno, uno mismo, pero el
llegar a ser uno mismo y no el otro, ¿cómo podría lograrse? ¿Habrá
que conocerse ya y desde el principio? ¿Cómo despejar la
autenticidad si cada acción nos crea y nos deforma, si aquello que
hemos vivido arroja su sombra? ¿Qué mide nuestra autenticidad?
María Zambrano
1
por donde purga la represión,
despejar desde ese comienzo
a tientas cuando no a gatas,
cuando no a rebato, quedar
salvaje
la famélica interfaz de carne
respuesta primaria, tangente
cuando no a discreción, idiota,
los idiotas poderes consensuados
de quienes solo amnistían lo
público
para votar sin común, sentir su
avasallar,
¡no son más que actores!
Sillares.
¡No son más que actrices!
Bloques.
Inclinarse a la perfección,
frustrarse por ello, porque la
técnica
es una ristra de decisiones a la
espera
de que alguna conlleve un
resultado,
y cada una implanta
conocimiento,
aleja de lo cortes y del
melodrama,
pero hay que seguir
relacionándose
con el contrato grapado a la
ingle,
tanto para une como para tres,
cinco,
ocho en el andén, cien en fila
de a une,
incluir deja a la idiotez
disminuida
aunque la interfaz de carne
supure
urgencias, se tense de costosos
antojos.
conocer hasta quizá ser
conocide,
y una vez conocide, agotar lo
conocido,
dejar en pilar y vigas y
forjados
la escuela más pacífica, ahora
un solar
en el que no se librase batalla
alguna,
las defensas dan resultado,
aguantan
los diques, resiste lo que
implica la renuncia;
sisifemia: obsesión por
el crecimiento
en el trabajo, uniforme
septicemia laboral,
¿qué hay de la estampa de
Sísifo? Atonía.
Actuar, tomar la vez, actuar al
punto,
embrujar a las grandes fortunas,
a los pequeños tenedores,
cresas
y estiércol para sus carísimos
nichos.
1 el quinto, amigo,
ese al que se ama pero no se tiene, no es viable tener un quinto
amigo, invisible, demasiado audible, casi tangible, correoso,
insípido, algo repugnante, que asegura alejar lo que se escurre de
entre los dedos pero del que se sospecha que se llena los bolsillos
con ello, como rencores, para más adelante, el quinto amigo de
peluche que bate la mandíbula, se extravía en el día a día y
pide, insiste, un doble deslumbre, más distracción, expectora un
arte terrorista, el quinto amigo que se cuelga del brazo y musita
«arte terrorista contra la violencia monopolizada», sugiere
«palabrotas, con ellas hice mi choza»
Francisco Jota-Pérez
Libro de mientes
Ediciones Liliputienses