PIRÓFITAS
El
fuego no es un cuchillo. El fuego abrió
la
fronda del Amazonas. Los eucaliptos
de
Australia le deben su lugar
en la
tierra al fuego. Reacomoda
reduce
el radio
del alimento.
Nosotras
desbrozamos el terreno
y
urgimos a la hierba, las semillas, los matorrales
urgimos
a las bayas, las frutas
urgimos
a las nueces. El fuego sacó
a los
animales salvajes de su camino
expuso
así las madrigueras
escondidas,
los hongos que atrajeron
a los
herbívoros. Nosotras desplegamos
el
fuego para esculpir el paisaje:
vengan
alces, venados, castores, vengan
liebres,
puercoespines, urogallos
vengan
guajolotes, codornices
vengan.
Es
cierto que usamos el fuego para arrear a los animales hacia
[los precipicios
y a los
elefantes hacia las ciénagas donde, ya inmovilizados,
los
matamos.
Con el
tiempo, construimos un nicho.
Distribuimos
los recursos naturales a nuestro gusto: más
[abundantes
más
predecibles, más a la mano. Este mosaico de
[biodiversidad
es
nuestro. Esta seguridad
física.
Mucho antes
de que tu especie apareciera sobre la tierra, el fuego
nos dio
calor y luz. Nos dio alces y nueces.
Nos dio
hierbas y frutas, venados y codornices.
Nos dio
un hogar.
La prueba
definitiva de la domesticación dice
que no
podemos propagarnos por nosotros mismas
sin la
ayuda del fuego.
Cristina
Rivera Garza
En
Trenzar
Santas,
raras y mestizas
Lina
Meruane
Cristina
Rivera Garza
Cabriela
Wiener
CCCB Breus