Esta lluvia no permite volver a la infancia
de ningún modo.
No, qué va.
Esta lluvia densa y silenciosa no invita al salto
ni a la risa.
Esta lluvia densa y silenciosa nos somete
nos hace resbalar.
Caemos
una y otra vez.
Caemos.
Y nos deja quietos. A la espera de qué.
Un nuevo fenómeno meteorológico pesa
sobre nosotros.
Sabe entrar en los espacios cerrados.
No se limita a las calles, no.
Este nuevo fenómeno sabe cómo entrar
en la piedra, en la arena, en las casas.
Sabe entrar.
Volvemos a la rutina sin poder escapar de este suciedad
contra la que es imposible guarecerse.
Adriana Bañares
Urbe Capensis
Prensas de la Universidad de Zaragoza
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