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viernes, 17 de mayo de 2024

TEMPESTADE / TEMPESTAD UN POEMA DE MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ EN LOS ABRAZOS DEL MAR

 





TEMPESTADE


Tras a tempestade,

as redes esténdese

como mortallas nun porto

cuxo son lembra o ouveo

dos lobos ante a tormenta.


A dor incalculable

só se pode comparar

ao volume dun océano enxordecedor

que nos fai vulnerables

a pesar do casco reforzado

dos nosos barcos.


As bágoas

escorregan polas rachas

para unirse ao sal desa marea

que devolveu cadáveres,

corpos entumecidos

e mans sen futuro

que levar á boca.


Todo queda no mar

e no mar os bosques permanecen.


Nas praias, os abrazos dos que finalmente morreron.


Todo se converte en algas,

alimento de novos soños

que se achegan á praia todas as mañas

e nos lembran que os nosos corpos non son eternos.



―――――――――――



TEMPESTAD


Tras la tempestad,

las redes se extienden

como mortajas en un puerto

cuyo sonido recuerda al aullido

de los lobos ante la tormenta.


El dolor incalculable

sólo se puede comparar

al volumen de un océano ensordecedor

que nos hace vulnerables

a pesar del casco reforzado

de nuestros barcos.


Las lágrimas

resbalan por las rocas

para unirse a la sal de esa manera

que devolvió cadáveres,

cuerpos entumecidos

y manos sin futuro

que llevarse a la boca.


Todo queda en el mar

y en el mar los bosques permanecen.


En las playas, los abrazos de los que finalmente murieron.


Todo se convierte en algas,

alimento de nuevos sueños

que se acercan a la playa todas las mañanas

y nos recuerdan que nuestros cuerpos no son eternos.




Montserrat Villar González

Los abrazos del mar / Os abrazos do mar


Prólogo de José León Acosta


Lastura


jueves, 5 de noviembre de 2020

ME ENSEÑARON UN POEMA DE SUMERGIR EL SUEÑO DE MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ

 

 

 

ME ENSEÑARON

 

 

Mi alma es esa casa de madera que arrastra el vendaval

Juan Carlos Mestre

 

 

Desde pequeña me enseñaron

que debía atesorar objetos

para dejar herencia.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron que si trabajas

es para obtener beneficios

y comprar la felicidad a plazos.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron el camino recto

que llevaba a la Iglesia los domingos.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron que la apariencia

ayuda a que te respeten

y por eso yo llevaba vestiditos

que eran la delicia de las madres.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron que la familia es indisoluble

y los hermanos son sagrados

aunque te sangren.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron a disimular el dolor

y las mentiras,

a sonreír puertas afuera

para que todos envidiaran mi vida perfecta.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron a callar

porque sólo era una niña que siempre

tuvo fantasías de cría inútil

y absurda comunista.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Me enseñaron a dejar de respirar

para ahogar en el silencio a la belleza

y yo me convertí en palabras sin sonido.

Mi casa acaba de quemarse.

 

Ahora, ante los escombros de la casa,

aprendo a vivir de nuevo

y la libertad nace de las cenizas.

 

 

 

Montserrat Villar González

Sumergir el sueño – Sulagar o soño

 

Lastura


 

domingo, 23 de diciembre de 2018

ORACIÓN POR LOS DERROTADOS UN POEMA DE MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ




ORACIÓN POR LOS DERROTADOS


Que la palabra se haga carne que
cubra los huesos que la injusta derrota provoca.

Que las cenias construyan muros
que abracen la miseria y la rabia hasta olvidar el dolor.

Que los silencios a los que el terror precedió
sean música tierna para el futuro que se dibuja en las plazas.

Que sus entrañas cercenadas se recompongan
entre estrellas y lunas, iluminando el futuro que esperas.

Que el vientre de las madres y los hijos que se fueron
acoja el deseo de un mañana preñado de belleza.

Que mis ojos no olviden sus heridas y silencios,
que el tiempo no destruya este anhelo en la distancia.



Monserrat Villar González
Bitácora de ausencias

Amargord Ediciones