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miércoles, 14 de agosto de 2024

DOS POEMAS DE FELIPE JUARISTI EN AINGERUAREN ANGELUA EL ÁNGULO DEL ÁNGEL

 






Gizakia

aingeru bihur daiteke.

Baina ba al du aingeruak

gizaki bihurtzerik?

Nire aingeruak negar dagi

badakielako erantzuna.

Hegoak bildu

eta elurretan gordatzen da,

oinaze neurrigabea

erakusten du.

Desertura

malko suzkoen artean

eroritako

izarra dirudi.

Ez dakit

nola kontsolatu.



―――――――――――



Un hombre puede

convertirse en ángel.

Pero ¿puede el ángel

convertirse en hombre?

El ángel llora

porque conoce la respuesta.

Repliega sus alas

y se refugia en la nieve.

Su dolor es infinito.

Parece una estrella

caída en el desierto,

entre lágrimas de fuego.

No conozco el arte

de consolarlo.



―――――――――――



Aingeruak

bere hegoez garbitzen du

ilunabarraren

arrasto oro.

Pilatzen ditu

puskak eta apurrak bazterrean

leihoaren ondoan;

tren hotsa entzuten da,

tronpeta otzan eta tristea.

Joateko ordua da, diot.

Itxaron, erantzun du.

Pila artean bila ibili

eta ezpata atera du.

Nire beharra izango duzu,

azkeneko borrokan.

Baina ezpata elurrezkoa da

eta kirtena belarrez egina.

Berriz entzuten da trenaren hotsa,

tronpeta hutsa eta makala.

Badoa hori ere, diot.

Aingerua

bere hegoez zorua

garbitzen hasi da

eta kantatzen du

ahots zorrotzez

No future, please.



―――――――――――



El ángel

barre con sus alas

lo que resta del amanecer.

Va amontonando

trozos y restos en el rincón,

cerca de la ventana.

Suena un tren

como una trompeta

mansa y triste.

Es hora de partir, digo.

Espera un poco, responde.

Busca entre los objetos

y extrae una espada.

Me necesitarás

en el combate final.

Pero la espada es de nieve;

y su mango, de hierba.

Silva de nuevo el tren,

como una trompeta

débil y hueca.

Parece que se va, digo.

El ángel

barre con sus alas el suelo

y canta

con voz afilada.

No future, please.




Felipe Juaristi

Aingeruaren angelua / El ángulo del ángel


Luces de Gálibo


sábado, 27 de julio de 2024

SESENTA Y TRES AÑOS

 




SESENTA Y TRES AÑOS


Aquel día de verano la asamblea de primas y primos me nombró gran cuidador de los pájaros que habían caído de los árboles.

El gran cuidador de los pájaros caídos de los árboles tenía el honor de ponerse el primero en las fotos que los mayores hacían cuando se levantaban de la siesta.

Los pájaros solo se caen de los árboles cuando son crías y tienen prisa y cuando son viejos y han concluido el vuelo de la vida y han dejado de tenerla.

«Pájaro se llama / al antepasado del ángel, y al antepasado del pájaro / se le llama fuego / doblemente enmascarado». Dice en un poema Felipe Juaristi.

El gran cuidador de los pájaros protege del sol y la lluvia a los extraviados y manirrotos. Tiene las manos ignífugas y las rodillas manchadas.

No volvió asamblea alguna a nombrar otro cuidador. Hoy, cumplidos los sesenta y tres años, mantengo tal honor y título. Lástima mi torpeza y los muchos pájaros que han muerto en mi mano.

En la foto, la Asamblea, un pájaro caído, dos llamadas de teléfono y dos ángeles de fuego.


viernes, 26 de mayo de 2017

HISTORIA, UN POEMA DE FELIPE JUARISTI EN MUGA





HISTORIA

Sócrates y Séneca se suicidaron por fuerza mayor-
Nunca eludieron la muerte ni la vida.
Por vivir murieron y volvieron a otra vida.
Dante jamás volvió a Florencia,
murió lejos del paraíso.
El destierro es un infierno.
A Oscar Wilde lo tuvieron en Reading.
Dicen que fabricaba mariposas de papel.
Una vez nevó y volaron las mariposas,
los dedos se volvieron blancos y ligeros.
A Baudelaire no lo entendieron los críticos.
Creyeron que las flores del mal
eran un regalo de los demonios a sus amantes
encarnadas en gentiles damas de la patria-
Verlaine disparó contra Rimbaud y lo hirió.
Pasó dos años en la cárcel,
desde entonces ni la poesía ni nosotros
solos lo que éramos.
Pushkin murió en un duelo,
pero su obra superó todas las pruebas.
Valle perdió la mano en un duelo también,
quiso quizá sólo ser Cervantes.
Amaba a las damas cristianas, pálidas y calladas.
En la ciudad no le han perdonado a Baroja
que los llamara tenderos.
Jamás habrá un retrato de don Pío
en unos Grandes Almacenes.
Una bomba carlista mató a Bilintx,
pero en las escuelas se omite el dato.
El cura santa Cruz murió en Colombia,
arrepentido de sus acciones, tal vez.
Plácido Múgica encontró bajo un árbol
un trozo de revista que el otro
había dejado, después de usarlo, claro.
A Nerval lo colgaron de una verja,
tuvo menos suerte que Villon.
No supo su culo lo que pesaba su cabeza.
Virginia Wolf, Pizarnyk, Jean Rhys se suicidaron.
Vallejo murió de hambre en París.
Con aguacero y soledad de acero.
Mandlstham murió de nieve.
Babel fue fusilado en un muro de la Lubianka.
Byron se acostó con su hermana.
Celan se tiró desde el puente de Mirabeau,
Viennee la nuit, sonne l´heure.
Althusser arrojó a su mujer por la ventana,
y cayó el muro de Berlín.
Poulantzas un buen día cogió sus libros
y se deslizó debajo de un camión.
La filosofía salió viva del intento,
pero gravemente lesionada.
La muerte de la carne no coincide
con la muerte de las palabras.

Inédito – Felipe Juaristi

Muga