lunes, 30 de junio de 2025

FRAGMENTO INICIAL DE LA VEGETARIANA DE HAN KANG

 






Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez. No era ni muy alta ni muy baja, llevaba una melena ni larga ni corta, tenía la piel seca y amarillenta, sus ojos eran pequeños, los pómulos algo prominentes, y vestía ropas sin color como si tuviera miedo de verse demasiado personal. Calzada con una zapatos negros muy sencillos, se acercó a la mesa en la que yo estaba sentado con pasos que no eran ni rápidos ni lentos, ni enérgicos ni débiles.

Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto en particular. Su manera de ser, sobria y sin ninguna traza de frescura, ingenio o elegancia, me hacía sentir a mis anchas. No hacía falta que me mostrara culto para atraer su atención ni tenía que darme prisa para llegar a tiempo a nuestras citas. Tampoco había razón para que me sintiera menos cuando a solas me comparaba con los modelos que aparecían en los catálogos de moda masculina. Ni mi barriga, que había comenzado a abultar a partir de los veintitantos, ni mis delgados brazos o piernas, que no ganaban músculo a pesar de los esfuerzos que hacía ni siquiera mi pequeño pene, que era la causa de un secreto complejo de inferioridad, me preocupaban lo más mínimo cuando estaba con ella.




Han Kang

La vegetariana


Traducción de Sunme Yoon


Random House

viernes, 27 de junio de 2025

TRES POEMAS DE TRES INHALACIONES DE LUIS MIGUEL RABANAL






A la orilla de la noche

un cuerpo estrecha los

indicios. Podría ser tu

cuerpo aferrado a los

grilletes de mi cuerpo.

Un cuerpo que se eneja

recluido, como si con

la carencia de soltura

se estrenase en crispar

lo innecesario. Sin ser

su euforia perceptible,

ni su cuerpo inmune.



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A ANNA AJMÁTOVA LE DUELE EL (DEDO)

CORAZÓN


Llegue a visitar al poeta

exactamente al mediodía, un domingo.

A.A.


Advierte el maestro que el amor

no inhabilita las huellas que ha dejado otro amor

en el camino sin follaje del bosque de N.

Hubo aquí niñas que reían.


Y sin que nadie lo subsane, la pasión satura

la raíz que abraza y retrocede a medida

que ignoramos quién nos ha besado, quién

nos traiciona al despertar.

Hubo aquí niñas que fantaseaban

con podredumbre y diademas.


Al hijo que cada día extraño más

se le han secado las palabras.

El que todo lo ve con sus disfraces turbios

se cansa de abrir y cerrar las ventanas de la casa,

hubo aquí un orden y estorninos.


Y ese amor, la planta trepadora que apaga

los ojos del peñasco, nos invade

como el sueño del idiota, nos urge a construir

entre dos cuerpos una ciudadela excelente

provista de arroyos y patrones.

Hubo aquí niñas que lloraban.


Hacia ninguna parte, es nuestra razón.



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el amor se esconde la noche de luna

menguante nuestro cuerpo se niega a rogar

nos pide permiso para contar las horas

que se desbordan para volver a estar juntos

el amor que tarda en decirse,




Luis Miguel Rabanal

Tres inhalaciones


Amargord Ediciones


 

jueves, 26 de junio de 2025

SOLEDAD UN POEMA DE ELENA GARRO EN CRISTALES DE TIEMPO

 






SOLEDAD




Se cierran las persianas, se corren las cortinas

y se encierra a la noche en una pieza.

Las sillas, el canapé tendido, el secreter y los espejos

se miran entre sí.

Una amenaza se prepara.

¿De qué serán testigos esta noche?

La casa está en tinieblas.

Entran vientos furiosos a derribar la chimenea.

El fuego apagado retorna a sus quejidos.

El ropero empieza sus lamentos.

La cómoda se agita.

Una rata roe la pata de mi cama.

Abren la puerta y entran.

Caminan de puntillas, me rodean.

Están mirando mi cara y mi cabello desfallecido

sobre la almohada.

Dan vueltas en silencio.

Los Padres Nuestros desfilan precipitados.

Las sombras se arrinconan.

Si no estuviera tan cerca, lanzaría un grito.

Colgado en una silla está el paraguas.

Me odia. Nos odiamos.

Se sale de su funda y revolotea por el cuarto.

Murciélago negro me aletea sobre la cara,

me orina los cabellos.

Sobre lo negro él es más negro todavía.

Cae rota la esquina de un espejo.

Un hombre muy alto acaricia al pájaro

y lo lanza de nuevo contra mí.

Las Aves Marías no pueden contra esta furia negra

que me sigue orinando los cabellos.

La almohada está mojada.

Si levanto la cabeza mis cabellos

se quedarán ahí pegados para siempre.

Se han podrido.

Todas las sombras avanzan contra mí.

Mi corazón da un salto y se sale del pecho.

Oigo su carrera por el cuarto,

abre la puerta, sale.

Me alcanza su galope por la calle.

Huyo por el pasillo largo.

Abro una puerta.

¡Qué loca tan estúpida te has vuelto!

Estoy con vida en el espejo.




Elena Garro

Cristales de tiempo


Edición, estudio preliminar y notas de Patricia Rosas Lopátegui


Rosas Lopategui Publishing & La Moderna


viernes, 20 de junio de 2025

UN FRAGMENTO DE ECOESPIRITUALIDAD PARA LAICOS DE JORGE RIECHMANN

 






Espíritu, sugería Robert Musil, es la síntesis entre intelecto y emoción. Comenta Adam Zagajewski: «Es una buena definición práctica, aunque minimalista. Resulta más fácil decir cosa que los teólogos saben muy bien lo que el espíritu no es en la poesía, lo que no es en la literatura. No es un enfoque psicoanalítico, conductista, sociológico ni político, sino holístico, un enfoque en el que la Tierra, las estrellas y el rostro humano se reflejan talmente como en el casco de un astronauta».

La Tierra, las estrellas y el rostro humano reflejado en el casco de un astronauta: es una hermosa imagen (aunque nos atraigan más las psiconautas que las astronautas). Arne Naess no hablaría más bien del campo relacional donde todo está conectado con todo. No sólo para sobrevivir, sino para vivir bien, necesitamos visión de conjunto, como pedía Platón (para quien el filósofo tenía que ser synoptikós).

Para Vandana Shiva la espiritualidad es el conocimiento consciente de que todo está interconectado y debe ser respetado. «La integridad y la espiritualidad no son diferentes, y reconocer la integridad de cada persona y cada especia ya es, en sí mismo, espiritualidad». 41 Podríamos acumular muchos testimonios de experiencias unificantes de esa clase, especialmente en autoras y autores cercanos a la mística y al romanticismo. Por ejemplo, Friedrich Hölderlin escribe en Hiperión: «He sentido la vida de la naturaleza, que es superior a cualquier idea. Si me convirtiera en planta ¿sería tan lamentable? (…) ¿Cómo perderme fuera de la esfera de la vida, donde el amor eterno, común a todos, mantiene unidas todas las naturalezas? ¿Cómo separarme de la alianza que une a todos los seres?» Y desde el corazón de la Amazonia centro del mundo, la misma intuición: «Si nos entendiéramos como constelaciones constituidas por seres visibles e invisibles, inevitablemente tendríamos que dejar de destruir la Tierra, porque reconoceríamos todo lo que hay en ella como nuestros parientes».




Jorge Riechmann

Ecoespiritualidad para laicos

Cuaderno de apuntes


El Desvelo Ediciones


jueves, 19 de junio de 2025

TRES POEMAS DE DE CUYA VIDA DE LOIDA RUIZ

 






TODO EL AMOR DE MI MUNDO

recogido

en las salpicaduras de cemento

que con mis uñas

rascaba

de la espalda cansada

de mi padre



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YO SOY AHORA HIJA DE UN MIEDO HORIZONTAL

nada en mis manos

qué temblor

en mis rodillas

¿qué?

por mis pies enteros de

llaves

que no resuenan en sus bolsillos

mil veces retumba la palabra

en la estancia

ya

vacía



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NADIE PODRÍA

ni sabría

escuchar

el sonido

de esto que yo llamo

vaciedad

que no es más que

un tiempo de erosión

fricción

de los elementos contra la palabra

que se hace hueca

porosa

pero

tan sonora

tan habitada

como tu ausencia




Loida Ruiz

De cuya vida



Ediciones En Huida


jueves, 12 de junio de 2025

DOS POEMAS DE EDUARDO MILÁN EN SALIDO

 






uno que cree en el canto canta su quehacer de canto

porque el canto, uno sabe, se cultiva

huerto de canto pasando tomates, lechugas, almácigos

los monjes, condenados, uno se lo cree cuando el padre dice

tenes que plantar unos tomates y hacerte cargo

de que crezcan sanos”

no porque sea el lugar donde las almas crecen

no sobre el mundo como si el canto pudiera

consciente de la ruina del mundo

un mundo que no tiene cabida para cualquier uno qué:

nada, la potencia, el porque sí, otro en su lugar

su trabajo de canto cuando el canto no trabaja

creación, no trabajo: antes que el trabajo imponga sus horas

de fábrica

cuando, eso importa, ni siquiera hay canto

hay quien canta un poema debe terminar pero canto

lo que se dice canto, ese concentrado trascendente, aquí

no hay siquiera seguimiento menos

en cuanto al lenguaje coloquial alternativo, no hay alternativa



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tiempo del desecho que canta”, vuelvo a decir

¿adonde vuelvo?

el desecho canta, ¿canta el desecho?

el Mediterráneo canta

si no canta qué son esos sirios, esos

africanos esos Burkina Fasso

cigarrillos ondeando sobre una ola mínima

una especie de bebé que balsea sin cuno no va para Moisés

el mar, un magnífico vals, el océano, un horrendo


Eduardo, ese significante milán damilano

designa, me dijo Juan Carlos Plá

orfandad y abandono, me pregunto

son productos del significante que flota

¿flota el significante?, la orfandad materna aproxima

a Orfeo

el parteaguas de la cárcel paterna a qué aproxima

a la expulsión, al mar

allá abajo en los acantilados que mira el caminante alemán

después, mucho después que el canto había sido herido

por puro significante atrapado en el aire

Neruda dice “con mi cara de cárcel”

el que tenía cara de cárcel era mi padre preso que apareció

de cara en tv

su cara en tv, sal de mar, no es cualquier salí de ahí

Neruda lo dice en Residencia en la tierra

yo salí de allí porque yo estaba del otro lado de la cara

del lado que no se ve

de la orfandad no sé más que escribir sin para dónde

ni para qué

aunque parezca que sé

lo que rodea parece que sabe lo que un tordo en la rama

ni se entera

arrojados en las pateras




Eduardo Milán

Salido


Varasek ediciones


miércoles, 11 de junio de 2025

ESTAMPA UN POEMA DE ANABEL ÚBEDA BERNAL EN VISIONES DEL REFUGIO AZUL

 






Estampa



Tras una lágrima

hay abogados y no testigos.


Un riesgo así

implica un trato,

silencio,

juicios de valor

o diecisiete puñales

de supuesta infidelidad.


Sus oscuros pozos

delataban dolor y mentira,

indescifrable para mi lozanía.


Meses sin letrados

sellando pactos con Fausto,

resucitador de Werthers,

que con epístolas me amaron

quitando el seguro.


Puñetazos de otro desastre

INMINENTE.

Vencida bajo los pies de un caballo

cuyo único testigo

fue el suelo de mi habitación

y como abogados

temibles pensamientos.




Anabel Úbeda Bernal

Visiones del refugio azul


Prólogo de Charo Serrano


Boria Ediciones


martes, 10 de junio de 2025

SEIS POEMAS DE ENRIQUE ARIAS BEASKOETXEA EN VIVIR DISTINTO

 






Poema n.º 4



Un sonido ronco araña

las tejas de la casa,

provienen de un mar

próximo e inquieto.

En la escalera un gato

clama su hambrienta desazón.


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Poema n.º 5



Ese sabor de metal

que atormenta la boca

y te hiere el abdomen

es la ocasión perdida,

el fracaso venidero

que inevitablemente te alcanzará.


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Poema n.º 13



Cada noche un gato

maúlla bajo mi cama

por hambre o por sed,

por soledad o por frío:

dos insomnios recurrentes.


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Poema n.º 22



Para el cautivo mudo,

la distancia extendida

más allá de sus muros

es espacio miope,

brumoso, extranjero.


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Poema n.º 29



La pasión se condensa

en los muros de la casa

lejana y deshabitada;

mientras la comprensión

no llora, impasible.


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Poema n.º 43



El desaliento anega

las capas de la mente,

una bruma generosa remacha

el destino a un punto fijo,

en silencio, en quietud.

Retenido el suspiro,

no llega luz por la grieta.




Enrique Arias Beaskoetxea

Vivir distinto


Aliar ediciones