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sábado, 3 de enero de 2015

VIVIR CON LA POESÍA


Estación de Nava, agosto de 2013 por Pablo Müller



«todo poema es siempre el resultado de la colisión de dos voluntades: la voluntad del que escribe y de lo que éste desea expresar por medio de la lengua, y la voluntad de la lengua y de lo que ella quiere expresar a través del que la escribe. La lucha es a muerte. La gran poesía representa casi siempre la victoria de la voluntad de la lengua y por eso los grandes poemas son impredecibles. Los grandes poemas no representan el triunfo de lo humano sino su derrota y en esa las creencias personales de un poeta, sus filiaciones, sus ideas son permanentemente arrasadas, barridas por el mar de su lengua.»
Raúl Zurita
Entrevista de Sergio Rodríguez Saavedra


¿Vivir de la poesía? Se vive con la poesía, dice Ana Pérez Cañamares. La poesía es un ejercicio de mirada y de lugar. Escuché un día a José Fernández de la Sota, que la poesía nace de lo particular del poeta y se hace universal en los que lo leen, en el camino lo que hay son versos en el intento, voces de uno mismo que se quedan en uno mismo. Leí a Jorge Riechmann que la poesía es el resultado del asombro frente a la belleza del mundo y al dolor del mundo. Ese es el punto de partida. Fernández de la Sota llega al punto de llegada. Se alcanza negando al yo, al yo persona, transcendiendo ese ego que nos ayuda a lograr el lugar en el mundo, pero que nos dificulta llegar a la comunidad por medio del lenguaje.

Extraños caminos entre tanto ego personal y poético del que desprendernos.

viernes, 18 de enero de 2013

CANCIÓN DE LOS POETAS LÍRICOS




Árboles bajo lluvia. Bilbao, enero de 2013 por Pablo Müller



«Mucho hemos trabajado para vosotros. Jamás nos negamos.
Siempre nos sometimos. Lo más que decíamos era «¡Pagadlo!»
¡Cuántos crímenes hemos cometido así por vosotros!
¡Cuántos crímenes!
¡Y siempre nos conformábamos con las sobras de vuestra comida!»

Canción de los poetas líricos (Cuando, en el primer tercio del siglo XX, no se pagaba ya nada por las poesías)
Bertolt Brecht

Los poderosos necesitan el lenguaje, como necesitan la tortura.

La poesía es un lenguaje que llega desde el instinto y el primer miedo.
Luego llega la conciencia y dicta su sentido.
Elijo desde la tripa.
Luego llega la conciencia y me jode la elección.


No
El movimiento de derechos humanos ha retratado a menudo la tortura sin explicar su contexto. Así aparecen como hechos inútiles de sadismo hueco.

La tortura y el lenguaje mercenario son instrumentos,
son herramientas de dominación de los poderosos.




Ahora cuando el barco llega a puerto anuncia mercancías y trabajo. El trabajo es alimento y cobijo. Antes los barcos llegaban oculta su intención.

«Y el barco con ocho velas
y cincuenta cañones
bombardeará la ciudad.»
Bertolt Brecht


Vivo cerca de la costa del cantábrico.
De niño recuerdo los cañones  sobre los acantilados
que vigilaban a los barcos que llegaban y a los soldados fumando.
Hace más de veinte años que los retiraron.
Los soldados volvieron a sus casas.
A veces ando hasta allí y puedo ver sus sombras, oír los antiguos disparos.
Con el sonido viejo y el resto de las sombras a veces, pocas, puedo ver hacía donde apuntan sus bocas:
Es hacia el interior, hacia las casas donde vivimos, hacía las huertas que nos alimentan.

Y junto a cada artillero un poeta mercenario hace el eco con verso del estruendo del cañón.

lunes, 31 de diciembre de 2012

CUADERNO DE BITÁCORA: EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO



   Disponemos los días en el orden de lo conveniente, para conformar una suerte de garantía, una tranquilidad imposible que un cheque no proporciona, o la palabra tramposa de un director general cuando te habla de tu trabajo o de su beneficio.
    Hoy hace dos años este lugar con papeles comenzó. Pablo Müller se ha ido haciendo algo más sabio, más viejo, más indignado, y más feliz. Durante este segundo año han sido 9.600 las visitas que ha recibido. El barco se hace grande cada vez que lees.
  
   El cuaderno de duelo de Pablo Müller tiene a su vez un año cumplido. 3.800 visitantes han pasado por esos versos que rodean el dolor para apaciguarlo. El 19 de enero llegará su última entrada y descansará.

   Aquí están las tarifas de amarre al puerto de Bilbao para este año que se acaba. Los barcos aguantan fuera de puerto a que llegue la transferencia de un paraíso fiscal, o que el estibador sienta lástima y acceda a rebajar su salario.
    Saludos desde el norte. Nuestra venganza para el 2013 será seguir buscando otra felicidad.

(Las fotografías son del día 23 de diciembre, desde la playa de Azkorri, Pablo Müller espera que los marineros alcanzarán su puerto.)



sábado, 24 de noviembre de 2012

"EL TELÉFONO MÓVIL QUE SUENA EN LA SEPULTURA"



Iguazú, en agosto de 2005 por Pablo Müller



“el teléfono móvil que suena en la sepultura”
Juan Carlos Mestre

Pablo Müller duerme con el diccionario en la mesilla de noche:
— diccionario dolor-castellano; castellano-dolor —
Los poetas ingleses se pasan el martes a la clandestinidad.
A las mañanas de sábado su diccionario sirve para traducir el secreto:
— secreto-castellano; castellano-secreto —
Los náufragos conocen de memoria las singladuras de los disturbios.
Los disturbios acumulan serias condenas a los viajes.
En el aeropuerto de Iguazú Pablo Müller se encuentra con los hijos del hombre que nació en la misma casa que su abuelo.
En la casa del abuelo había un diccionario para traducir lo fraterno al castellano.
En el castellano falta la palabra escorbuto y hay quien pretende la cesión de la palabra piedad a un idioma de centro europa.
En las marejadas los mares anuncian a las montañas su propósito de enmienda.
Nunca un barco estuvo tan lleno de trayectos cansados.
Nunca los trayectos tuvieron tantos niños salvajes y ahora entiendo como esta piedra es la lágrima de hace unos años.
Me ha costado.

“El pez no sabe que existe el agua”
Juan Carlos Mestre



La casa donde nació el abuelo de Pablo Müller, de su archivo.




miércoles, 17 de octubre de 2012

SÁBADO, RIMBAUD, LA MUERTE, SUS VISITAS, OCTUBRE, LOS LIBROS PRESTADOS Y EL SENTIMIENTO DE CULPA.



Sábado, el puerto de Santurtzi, octubre de 2012 por Pablo Müller


«¡debo enterrar mi imaginación y mis recuerdos!»
Arthur Rimbaud

Sábado 13 de octubre

Me duele la cabeza. Me duele el agujero que se ha instalado en la cabeza. Un agujero de vacío. Me duele el vacío.
El vacío en mi cabeza es el presente que me deja la muerte en sus visitas. Los amigos traen botellas de vino, o libros pequeños. La muerte me trae el dolor de los vacíos.
La muerte me visita con frecuencia. No la recibo con gusto, pero nada me impide abrirle la puerta y dejarla pasar.
Creo que la muerte nos visita muchas veces antes que la última. Hay una curiosidad compartida. Una conversación sobre el silencio, el vacío y el dolor de cabeza.
Aprovechando la mañana y el dolor de cabeza he leído Una temporada en el Infierno de Rimbaud, una mañana de sábado, con dolor de vacío y un desayuno con la muerte callada y antipática. Un lenguaje nuevo anuncia Rimbaud.
«He tratado de inventar nuevas flores, nuevos astros, nuevas carnes, nuevos idiomas. Me creí en posesión de poderes sobrenaturales. ¡Y bien!, ¡debo enterrar mi imaginación y mis recuerdos!»
Estoy en lo del idioma nuevo. Estoy creando un idioma nuevo con una beca del Centro Nacional de Inteligencia. Soy consciente que al escribir esto me quedaré sin beca. Me la suda. Ellos se quedaran sin el diccionario.


Diccionario Idiomanuevo – Castellano, Castellano – Idiomanuevo.

Rimbaud. Poesia y Prosa. E.D.A.F., 1970. Versión de Enrique Azcoaga.

El libro me lo dejó Mario Montenegro a mediados de los años ochenta del siglo pasado y ahora intento devolvérselo con escaso éxito. Recuerdo que me dijo que se lo devolviera porque era un regalo de José Liste. Cada vez que lo veo pasear con su perro me acuerdo de Rimbaud.

viernes, 12 de octubre de 2012

ALGUNOS LIBROS TIENEN MEMORIA



Hombres con camisas blancas de fiesta, hacia 1920 en Marañón, del archivo de Pablo Müller



«y los que murieron demasiado jóvenes reaparecen
con sus gafas gruesas para terminar de leer el mismo libro»
Juan Carlos Mestre

Algunos libros tienen memoria. El libro de Manuel de Julio Cortázar se acuerda de cuando nació mi hijo: estábamos juntos. Cien años de soledad recuerda la página donde lo dejó mi hermano a su muerte. Era la 132, de la octava edición del 22 de enero de 1985, de Espasa Calpe, el número 100 de Selecciones Austral. Termina la página con esta frase:

«Más tarde le construyeron un cobertizo de palma para protegerlo del sol y de la lluvia.»

Fiasco de Imre Kertész nunca olvida el 11 de marzo de 2004.
La tumba de Keats de Juan Carlos Mestre del día en que cumplí los cincuenta.
¿A qué edad se empieza a escoger el libro que leeremos a la muerte?


sábado, 6 de octubre de 2012

EL PRECIO DE LAS ESTRELLAS


La playa de Ereaga en septiembre de 2012 por Pablo Müller



«El olvido, gracias por no venir, es un montón de féretros…»
Juan Carlos Mestre

El precio de las estrellas no tiene que ver con el valor de las noches.
La fugacidad es blanca de aerolito y el agosto trigo de olvido que espigar las mañanas de domingo.
En las formas que toman las noches y los blancos, la fugacidad se hace aeronave, una lenta derrota de los satélites convencionales.
El no silencio de los niños hielan los universos que se equivocan de mano.
Las manos conocen el poder de las fauces de la alegría.
Todas las noches los cuentos se ponen en la fila india ante la ventana. Uno de ellos se ríe por la tarde y luego se cuenta en la fascinación de los barcos grandes.
“El huerto del olvido” es el lugar donde aparece por primera vez el niño.
“La frontera polaca” es el último sitio donde paró la estrella descarriada.
Un sinvergüenza tiene más que ver con el ruido que con tu silencio.
Y si hay una silla desde la que cuidar a los hijos, ésta es siempre incómoda.
El periódico se pudre a la velocidad de las rosas.
La silla desde la que cuidar a los hijos tiene la proporción del miedo.
La silla desde la que cuidar a los hijos es tan oportuna como el propósito y la conveniencia.
La abuela recibía el periódico con un día de retraso, aun así al leerlo las noticias siempre eran de un día antes.

«En lo alto de lo correcto se levanta el templo de las medias verdades»
Juan Carlos Mestre

jueves, 27 de septiembre de 2012

COMO SI NO ME HUBIESES MUERTO


Iguazú, agosto de 2005 por Pablo Müller


“como si no hubiera muerto, como si no me hubieses muerto” 
Juan Carlos Mestre

   Domingo Bermúdez subió a un barco hacia mediados de los años veinte del siglo veinte, — pasado siglo — camino de New York. Dejó a la madre muerta, en el dolor al padre, en el miedo a sus hermanos pequeños, pero su hueco era alivio: el duelodolor traspasó el mar atlántico en sus bolsillos.


Las calles, sus nombres y la iglesia, por Pablo Müller



“De espaldas a la historia natural de la felicidad”
Juan Carlos Mestre

   En Suiza ya no hay relojeros. A finales de los mismos años veinte, Pablo Valencia subió a un tren camino de Bilbao para aprender el oficio del tiempo, aun niño, huérfano de madre y de tierra, pues sospechamos, quería ser agricultor o campesino.


Canal de Pollos, por Pablo Müller

 “… No escribas si has hecho llorar
a cuanto sobra de la muerte…”
Juan Carlos Mestre

   A su paso, mi amante se ha desprendido de uno de sus pelos locos: lo ha dejado caer entre las páginas abiertas del libro que leo; — compañía para los versos — Éstos con la alegría del encuentro han crecido hasta el tamaño de los cantos, han crecido hasta la longitud inexacta de una porción de la importancia.


Pollos, Valladolid, agosto de 2012 por Pablo Müller



“La gente honrada ha muerto sin darse ninguna importancia”
Juan Carlos Mestre

   El recuerdo del soldado suicida en La Línea de la Concepción atraviesa el tiempo que separa. Mi amigo el médico que dibujó su muerte para hablarla, se acuerda conmigo.



domingo, 20 de mayo de 2012

CON LA ERRE DIGO RABIA

Cuaderno de Rabia de Pablo Müller




Para que sea la rabia rabia pura
nació la erre con sus cien colmillos
Piedad Bonnett

Con la erre digo roto
digo escroto, rabo, rata,
rechino, digo
rastrero, reclamo
la rabia,  porque con ella
mi entraña, alimento
rapaz digo, el desgarro
narro, razón de ira traigo
y juzgo rácana
tu ración de ronroneo.
con la que mi rencor,
espero, acunar.

domingo, 29 de abril de 2012

COSER EL TIEMPO A LA TRISTEZA O CONDUCIR BAJO LA LLUVIA POR LA NOCHE

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller


Cosemos el tiempo a la tristeza, cosemos el humo a las viejas chimeneas de los barcos, cosemos el recuerdo exacto a las viejas fotografías. El hilo es la poesía. La aguja la esperanza.

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

El poeta mira a su alrededor con ojos de palabras, y de su mirada surgen las preguntas, con la duda y el miedo: el asombro ante la hermosura del mundo, el asombro ante el horror capaz del mundo.


Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

Somos juntos y a la vez, el creador y el asesino, el conductor del camión con la ayuda humanitaria en el centro de la ruta de la guerra y el desalmado que entierra las minas antipersonas en las cunetas donde para a mear.


Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

Casi siempre he mirado con palabras. Menos un tiempo de vacío y pendiente. Al tiempo que perdía hermano, trabajo, estima, perdía la palabra y la mirada…

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

¿Cómo se observa con los ojos arrancados?
¿Qué palabras se pronuncian desdentada la boca por los puñetazos del dolor?
¿Quién escribe con los muñones cuando te arrancan las manos las explosiones de los talleres?

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller


Soy afortunado. La miseria y la fortuna tienen en común a su propietario.

Por eso, un golpe de viento lleno de palabras me pone a salvo, me llega a las playas, pero no desde el mar, sino desde la tierra borracha y alucinada, y puesto a salvo pago mi debido precio. Voy pagándolo.

Te quiero, Conchi, mi playa.
Abril de 2012

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

Bilbao, noche , lluvia y abril por Pablo Müller

domingo, 15 de abril de 2012

MEMORIAS DE LOS OLVIDOS



Acta de defunción de 1912 de Pascual Pineda López por Pablo Müller

«Familia significa las voces de un pastor
que agrupa a su rebaño.»
Isabel Pérez Montalbán


“En la Villa de Castromocho a las nueve horas del día catorce de Noviembre de mil novecientos doce;”

En los pueblos de Castilla madruga el frío y la niebla despierta los olvidos,

“ante D. Francisco Velasco del Corral; Juez municipal, y D. Antonino Rivas Gutiérrez, Secretario, compareció D. Antonino Lesmes Fernández“

Trae el padecimiento vivo, un aullido que rasga las nieblas de la familia, de la noche velada para el olvido,

“con su cédula personal número trescientos ochenta, natural de Castromocho mayor de edad; estado civil casado; alguacil del Ayuntamiento domiciliado en esta Villa,”

El número del dolor, el origen de la muerte, el estado de los deudos, la profesión de la pena, el domicilio de las lluvias y las sequías,

“manifestado en calidad de encargado, que D. Pascual Pineda López, natural de Castromocho, edad de 22 años; jornalero y domiciliado en esta villa, calle Mayor núm. 15, falleció a las diez y seis horas del día trece del corriente mes”

De noviembre del corriente año de mil novecientos doce… en calidad de pariente viejo, que el hijo mayor de mi cuñado Francisco, el hermano pequeño de mi mujer Valentina, que ha muerto mozo,

“en su domicilio a consecuencia de una “endocarditis reumática” según certificación facultativa que presenta para obtener la correspondiente licencia de enterramiento.”

Le tocó un corazón cansado,

“En vista de esta manifestación y de dicha certificación facultativa, que queda archivada, el señor juez municipal dispuso que se extendiese la presente acta, consignándose en ella, además de lo expuesto por el declarante y en virtud de las noticias que se han podido adquirir, las circunstancias siguientes: Que el referido finad(sic) estaba soltero en el acto del fallecimiento”

Y unas rayas negras que semejan caballitos de mar y dejan los papeles tristes…

“Que era hijo legítimo de D. Francisco Pineda, natural de Castromocho, edad 47 años, ocupación, jornalero, domiciliado en dicha villa, calle, número y de Dª Manuela López Ygelmo natural de ídem… Que según noticia no otorgó testamento”

Y su linaje tiene el desorden de los vínculos,
el aire agotado de la hora última,
con la memoria de los trigos y de la hojarasca,
apacible el silencio de los libros de registro,

“y que a su cadáver se habrá de dar sepultura en el cementerio de esta Villa”

Acta de defunción de 1912 de Pascual Pineda López por Pablo Müller

Pascual Pineda López, nació el 29 de marzo de 1889 en Castromocho, Palencia, y falleció el 13 de noviembre de 1912 en la misma villa. Era el hermano mayor de Gertrudis Pineda López. No dejó descendencia. Su recuerdo se rescata de los libros de registro para colocarle de nuevo en la memoria de los suyos.

miércoles, 28 de marzo de 2012

LOS NÚMEROS DE LA HUELGA




Un viejo entra en un supermercado y pregunta por el horario: de 9 a 9, de 10 a 10. Cuenta y le salen 12.
El padre muerto del viejo que cuenta salía a la huelga con la pancarta de los tres ochos: 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio, 8 horas de descanso. Entonces trabajaban 10 horas de lunes a sábado.








Algunos números son importantes, tienen que ver con el anhelo de tener una vida feliz: supervivencia, salud, futuro, hijos, nietos.



Cuando el contable olvida la razón de número, este se construye con la materia de la codicia y el sufrimiento.
Se llaman esos números IBEX, CEOE, PP, FMI, BCE, UE, por ejemplo.





El 29 es un número importante. Los números que el abuelo consiguió los disfrutamos nosotros. Mi labor es conservarlos para los que vengan y conseguir nuevos. El 29 es un número importante. El 29 toca resistirlo.