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miércoles, 31 de enero de 2024

SEGURO QUE NO DE RAQUEL RAMÍREZ DE ARELLANO EN LA CESTA DEL LOBO

 






SEGURO QUE NO


picaré mejillones y haré todo haré poesía de todo de todo se hace una

cáscara que guarda sorpresas canciones hipotálamos en el vértice

nupcial donde se celebran los divorcios

me haré la lista respondiendo preguntas en entrevistas para tortugas

entraré fuera del caparazón donde tejen sus soles las avispas trucaré

el cuentakilómetros antes de vender mi ford passat

me haré de noche y saltaré contigo por la ventana cuando el mar

esté dispuesto a recoger la plancha lacónica de nuestros cuerpos

mi ombligo y tus ronquidos tus uñas y mis cejas

regresaremos cada uno por su lado al lugar de nuestra cita y

recogeremos el sable las botas de cowboy y cowgirl y cowbaby

para rodeos haremos las paces con la vecina polaca que plancha

las camisas para celebraciones y entrevistas de trabajo

me reuniré sola con muchas personalidades del mundo de cine mudo

mataré la esperanza de que el nazismo no haya existido más que

en la casa de los horrores y buscaré la imagen de Hitler ordenando

secuestros a sus militares para mear sobre las cuencas rectilíneas

de sus ojos

la acabaré jodiendo bien acabaré jodiendo el lenguaje acabaré por

decir que el código es el mísero elemento donde solo se cultivan

sílabas y después entre la tecla y la tecla del piano trascenderá el

sonido uniformemente acelerado como un timbre sin neumáticos para

el armisticio de las bicicletas

¿no es eso un lexema para tu flexivos?¿no es acaso una raíz para la

perpendicularidad de tus verbos?

me haré la lista responderé a las preguntas de la aupair recién

llegada a Londres como si alguna vez hubiera existido ese idioma

patinaremos con el grupo de referencia para viajantes en el interior de

un buque de guerra

detonaré granadas fuera del círculo firmaré decretos de paz con una

metralleta bajo el brazo lo haré cuando no queden vendajes en los

armarios de los hospitales ni dinero en los paraísos fiscales ni anemia

en las amebas que menstrúan cada treinta y cinco noches

voy a reescribir uno de los poemas de Ashbery que nunca supo qué

significaban sus poemas para cagarnos juntos en la historia de los

reglamentos ¿qué dices que es una ley?¿qué dices que es una norma?

la capacidad de mi mano sobre la tecla no es otra cosa que destruir

con violencia lo que un día tuvo significado ¿podemos volver a

inventar el mundo? pavoneo chuleo reguetoneo poético ¡cáspita! he

inventado una palabra seria este es el momento de suicidarnos todos

creo que hace falta pasta de dientes papel higiénico y pinzas de

tender las ropas hagamos entre todos la lista de la compra la

anticapitalista lista de la compra ¿es este poema un ejercicio de

escritura automática?¿es este poema el haz de luz de la caverna del

surrealismo?¿es este poema un invento para truchas marsupiales y

logaritmos éticos? no seguro que no




Raquel Ramírez de Arellano

La cesta del lobo


Ya lo dijo Casimiro Parker


viernes, 17 de diciembre de 2021

CORRESPONDENCIA UN POEMA DE RIEGO AUTOMÁTICO DE RAQUEL RAMÍREZ DE ARELLANO

 


 

 

 

CORRESPONDENCIA

 

 

 

Callao. Una familia de Villalba ha sido desahuciada sin “h” y vive bajo una manta.

Un hombre delgado. Una mujer robusta. Un adolescente sin hipermetropía.

En la plaza la policía montada a caballo hace su jugada en “I” contra los peones

y expulsa del mundo a las bestias negras que ofrecen tinta a las puertas de los comercios

¡Bastante saben ellos que no venderán ni las esquelas de los últimos muertos!

Pero son obedientes y mastican caña de azúcar en el bautismo de los blancos.

En mitad de la aurora han colgado un Belén gigante que exhibe a un niño desnudo a cinco

grados de cerámica, bajo cero, miope. Una madre delgada. Un padre robusto.

Dicen que anuncia un nuevo nacimiento.

Y he quemado cuarenta pavos a cambio de tras libros de poemas y una inmensa tristeza.

Un genio de los 70 esperó a morirse para que toda su obra aderezada los anaqueles de las

librerías.

Me muero de pena, sólo puedo morirme de pena

y arrancar las hojas para hacer una fogata.

Un gigante azul sobre un rascacielos sujeta el buzón del mundo con la boca abierta

para tragarse todos los paréntesis.

 

 

 

Raquel Ramírez de Arellano

Riego automático

Ártese quien pueda Ediciones


martes, 16 de junio de 2020

LAS ACEQUIAS DE 1937 DE RAQUEL RAMÍREZ DE ARELLANO


 

 

 

LAS ACEQUIAS DE 1937

 

 

 

Los relojeros de la monotonía han sacado la ganzúa que abre la cerradura de los horrores. De nuevo la liebre del destino ha sido atropellada por un carromato de látigos y la curruca capirotada bisbisea alrededor de las almas para suerte del desierto, arcén de la autovía.

Mejor un gato aunque sea tramposo que estar solo.

Una canoa londinense chapurrea alemán con el camillero de la ambulancia. Tiene prisa, como sucede en todos los inviernos disecados con nieve y parece ser que calza la mesa con hule de nailon para provocar sarpullidos en las vocales de las interjecciones.

Todas las muertes son tristes cuando suceden en las cunetas. Que se lo digan a Justa Freire que escondía niños pobres bajo su mandil y regalaba naranjas: frutos para los retortijones del hambre y un reguero de muecas en el teatro de las multiplicaciones.

El franquista-come-ratas-del-bigote hizo un autentico genocidio con la primavera. Eso no sale en los libros de historia pero de un bostezo mandó el carpe diem y el ubi sunt al tempus fugit con estrellas y todo.

Desde entonces, los niños saltan sobre castillos hinchables, las hormigas se persiguen como pecas en el cadáver de una pelirroja y el amor… Todo fue tan deprisa… Nadie sabe qué pasó con el amor.

 

 

 

Raquel Ramírez de Arellano

Las arquitecturas de las colmenas

 

Devenir