MI MADRE
Mi
madre quiere que le explique cómo
se
puede amar en sólo dos semanas.
Mi
madre de la guerra y de la hambruna
sólo ha
oído hablar. Fue afortunada. Nada
le
asusta más que un accidente, un quiebro
del
futuro, la muerte de su hermana,
el
paro, el cáncer, el azar, los malos
presentimientos.
Pero en dos semanas
cómo se
pude amar. Me ha sorprendido
―estoy
seguro― un brillo en su mirada
de
mujer todavía bella, herida
por la
vida, cuando me preguntaba
en dos
semanas, cómo se puede amar,
cómo se
pude amar en dos semanas.
Gonzalo Escarpa
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ALGUIEN
LAS LLAMARÁ ESPERAS
a Álex Chico
La
máquina muy astuta del ojo que se cierra.
La
nieve que en la boca acentúa la vida.
El
otoño sin manos que es un prefijo.
El alma
sin buques que es un lugar.
La voz
que es un hombre perseguido.
Las
almas que al irse con la voz son ya formas de ahorrar crepúsculos.
La
manzana de las cosas infinitas que nace por su propia piel.
Los
huesos torcidos de la nada y las tres manzanas azules de la luz.
La
mirada que es un ángel suicida.
El
espejo que es el último restaurante abierto.
Los
señores de la mañana que son hijos de los señores del alma.
El
orden del jardín odiando el orden de las sombras.
El
hombre que necesita y es una fotografía.
El
hombre que llora y es un juego en la mitad del viento.
Los
anillos del verso. Afirmo
que las
partes del cuerpo son los gritos del alma
(alguien
las llamará esperas)
David Vegue
Pánica
Tercera
VVAA
Editorial
Delirio – Diputación de Salamanca
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