En esta tierra el horizonte
no es una silueta de hormigón
y la memoria no huele a goma quemada
ciudad en la que tantos
murieron en nombre de la vida
ciudad imposible de imposibles
coordenadas de tiestos son violetas
que sirven de cenicero ciudad
enferma de enfermos caracoles
fosilizados bajo el asfalto
de pájaros ahorcados entre los cables
de telefonía ciudad en llamas
en la llameante noche de este siglo
no volveré a ver sus tejados
escríbelo de nuevo no volveré
a ver sus tejados ni el estallidos
de sus cristales ni las nubes
de ceniza de cada avenida
ni aquellos labios que inclinados
sobre mi vientre en los asientos
traseros de un citröen
conocieron el sabor de una estrella moribunda
En esta tierra la gravedad
está invertida y los humanos
caen como marionetas hacia el cielo.
Javier Adrada de la Torre
Gasolineras
Difácil
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