viernes, 22 de mayo de 2015

CON TU PERMISO JULIA





«Dame la lentitud del juicio,
y su navegación profunda,»
Julia Otxoa

A Julia Otxoa
Con tu permiso Julia, quiero contarte
una historia:

es de noche y viernes y las calles tienen
librerías escondidas con nombre de poeta,
hoy camino antes que la hora de las voces, por eso,
juicio y camino se paran junto a los escaparates
tras el cristal, está el libro: Poetas Vascas,
— de 1990, agotado, lo sé, lo he buscado antes —
a lápiz el librero ha escrito 1993,
veintiún años esperando lo compraran,

con tu permiso, Julia, la historia sigue:

en la página 141: Laia Martínez. Traductora y profesora de inglés. Bibliografía: La luz encendida en la habitación de Eduardo (inédito)

inédito

Laia fue la mujer que estuvo a mi lado, yo al suyo,
el poema que elegiste, Julia, es
La luz encendida en la habitación de Eduardo,
Eduardo es mi hermano, murió en 1986, Laia y yo
paseábamos juntos por la orilla de una playa, un sábado,
Laia escribía esos poemas para que no se apagara la luz,
yo le llevaba café y cigarrillos, fue doloroso, fui
testigo, lo recuerdo,
— luego nos fuimos todos, abandonamos la habitación,
la luz se apagó durante veinte años —,
supe que se había publicado, me hablaron
de su existencia, no recuerdo haber tenido uno,
no recuerdo.

Julia, esta noche de viernes con el libro en la mano
se cierra un tiempo distinto y único, somos
los vínculos que construimos y los que abandonamos,
somos el recuerdo y su dolor, somos
el olvido necesario y su alivio, un libro que espera,
un poema que guarda gratitud
y recupera un recuerdo.

Con tu permiso, Julia, esta historia es también tuya.



Emakume olerkariak / Poetas vascas



3 comentarios:

  1. Muchas gracias Pablo Muller,por compartir conmigo esa hermosa,honda historia de Laia y tu hermano, dolor pasado que regresa tal vez ya menguada la herida, en dulce melancolía.Me alegro hayas al fin encontrado el libro,un abrazo

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  2. Gracias Julia por esa antología de poetas vascas, donde queda ese poema.

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  3. Disfruto con tus palabras hondas, sonoras. Ecos húmedos que escalan paredes del pozo de la vida. En esta ocasión, más que nunca, has hecho vibrar mi alma a golpe de sentimientos. ¡Gracias!

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