«Dame la lentitud del juicio,
y su navegación profunda,»
Julia Otxoa
A Julia Otxoa
Con tu
permiso Julia, quiero contarte
una
historia:
es de noche
y viernes y las calles tienen
librerías
escondidas con nombre de poeta,
hoy camino
antes que la hora de las voces, por eso,
juicio y
camino se paran junto a los escaparates
tras el
cristal, está el libro: Poetas Vascas,
— de 1990,
agotado, lo sé, lo he buscado antes —
a lápiz el
librero ha escrito 1993,
veintiún
años esperando lo compraran,
con tu
permiso, Julia, la historia sigue:
en la
página 141: Laia Martínez. Traductora y profesora de inglés. Bibliografía:
La luz encendida en la habitación de Eduardo (inédito)
inédito
Laia fue la
mujer que estuvo a mi lado, yo al suyo,
el poema
que elegiste, Julia, es
La luz encendida en la habitación de
Eduardo,
Eduardo es
mi hermano, murió en 1986, Laia y yo
paseábamos
juntos por la orilla de una playa, un sábado,
Laia
escribía esos poemas para que no se apagara la luz,
yo le
llevaba café y cigarrillos, fue doloroso, fui
testigo, lo
recuerdo,
— luego nos
fuimos todos, abandonamos la habitación,
la luz se
apagó durante veinte años —,
supe que se
había publicado, me hablaron
de su
existencia, no recuerdo haber tenido uno,
no
recuerdo.
Julia, esta
noche de viernes con el libro en la mano
se cierra
un tiempo distinto y único, somos
los
vínculos que construimos y los que abandonamos,
somos el recuerdo
y su dolor, somos
el olvido
necesario y su alivio, un libro que espera,
un poema
que guarda gratitud
y recupera
un recuerdo.
Con tu
permiso, Julia, esta historia es también tuya.
Emakume olerkariak / Poetas vascas |
Muchas gracias Pablo Muller,por compartir conmigo esa hermosa,honda historia de Laia y tu hermano, dolor pasado que regresa tal vez ya menguada la herida, en dulce melancolía.Me alegro hayas al fin encontrado el libro,un abrazo
ResponderEliminarGracias Julia por esa antología de poetas vascas, donde queda ese poema.
ResponderEliminarDisfruto con tus palabras hondas, sonoras. Ecos húmedos que escalan paredes del pozo de la vida. En esta ocasión, más que nunca, has hecho vibrar mi alma a golpe de sentimientos. ¡Gracias!
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