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domingo, 8 de enero de 2012

ESTA NO ES OTRA LISTA DE LOS MEJORES LIBROS DEL 2011

Trasera de  una librería en Urueña, en agosto de 2011 por Pablo Müller

   Esta no es otra jodida lista de los mejores libros, porque es mi jodida lista de los mejores libros. Si fuera un editor, un crítico o cualquier otro con intereses en el negocio de la lectura sí sería esto que sigue otra jodida lista, pero no es el caso.
   Todos y cada uno de los libros que leí el año 2011 tienen todo mi respeto y admiración, son obras honestas, hermosas, comprometidas, a veces, o frescas, arriesgadas y solemnes. Si unas me han gustado más que otras se debe a ese extraño, y para mi inexplicable, proceso por el que una novela o unos poemas conectan con mis gustos y otros no. Cuando no, la mayor parte de las veces y llegados a estas alturas de la historia, se debe más a mis fracasos como lector, que al autor. Porque los lectores también fracasamos.

   Empecé el año leyendo a La piel del zorro de Herta Müller, una obra con una atmósfera poderosa y unos personajes sobreviviendo en el ambiente opresivo de la Rumania del siglo pasado.
   La estimulante antología La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger, con doce mujeres poetas que me revolvieron el lugar de la poesía y su significado.
   Dulce Chacón y Cuatro gotas, su poesía completa: elegante, hermosa y descarnada.
   Todo es silencio de Manuel Rivas, una novela sobre el contrabando y la violencia con una playa cubierta de naranjas, el amor y el destino del genial escritor gallego.
   Blanco nocturno de Ricardo Piglia, empieza como una novela negra para crecerse fuera del género.
   Black, black, black de Marta Sanz, con un detective singular para una trama especial y una novela deslumbrante.
   Inquietante y desasosegador el libro de poemas Espejos de las fugaces de Joumana Haddad.
   La niebla, tres veces de Menchu Gutierrez. Excelente.
   Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla la leí hace muchos años y la relectura me ha permitido comprobar la grandeza de la escritura de Ramiro y su mirada bondadosa y triste a los desheredados.
   Los hombres intermitentes de Francisco Javier Irazoki un libro de verso en prosa o de prosas en verso enternecedor y sugerente.
   Solaris de Stanislaw Lem es una novela que desde la ciencia ficción propone preguntas sobre los humanos y su incapacidad para aceptar otros mundos.
   Un momento de descanso de Antonio Orejudo, es salvaje y radical y es una novela sobre el poder.
   En Desandar lo andado Jorge Riechmann escribe para indagar en un mundo que, sospecho, no le gusta, pero que lo anhela mejor.
   En Lo demás es silencio Piedad Bonnett convive con su miedo y su dolor y de esa convivencia surge una voz poderosa y una esperanza.
   Acceso no autorizado de Belén Gopegui parte de un argumento arriesgado construyendo una novela sobre la  gestión despiadada del poder, la soledad, el miedo al fracaso y a la muerte.
   Lanzadera en una cripta de Wole Soyinka son poemas duros y terribles sobre su paso por la cárcel.
   La tumba de Keats de Juan Carlos Mestre la percibo como la conversación de un hombre sabio que ha pensado su vida y la cuenta en un largo paseo que puede durar un verano, con la complicidad de un lector que en los versos va reconociéndose y pensándose como el necesario caminante que comparte el paseo y la amistad y la Historia y el futuro.
   Los Cuentos negros de Manuel Vázquez Montalbán son un relatos de Pepe Carvalho rescatados del olvido por Georges Tyras casi ocho años después de su muerte.
   La aldea de sal de Ledo Ivo es una antología de este gran poeta brasileño.
   Los que hemos amado de Willy Uribe es una novela con una voz narradora excepcional.
   Caligrafía de los sueños de Juan Marsé es novela de supervivencia.
   La alambrada de mi boca de Ana PérezCañamares son poemas que van de la madre a la hija pasando por la lucha diaria y cotidiana, la amistad y el amor, estremecedores, directos y hermosos.
   Muerte del inquisidor de Leonardo Sciascia es un extraño libro, entre reconstrucción imposible de un hecho pasado por falta de documentos y el alegato por la historia de los humildes y de los pobres.
   El día de mañana de Ignacio Martínez de Pisón es una novela construida con muchas y distintas voces para contar la historia de un chivato de la policía de los últimos años de la dictadura en Barcelona.
   El espía de Justo Navarro es la reconstrucción del paso por un campo penitenciario para soldados de los Estados Unidos del poeta Ezra Pound al final de la guerra mundial en Italia, que hace el traductor J.N. en su paso, durante los mismos meses, por Pisa sesenta años más tarde.
   La fiesta del oso de Jordi Soler es una curiosa novela sobre la búsqueda de los hechos notables de nuestros antepasados y cómo enfrentarse a que esa búsqueda encuentre en cambio hechos mezquinos.
   El espíritu de mis padres sigue subiendoen la lluvia de Patricio Pron es una novela donde, como dice su padre, cruza un puente hacía él, el mismo que su padre cruzó hacia el suyo, escrita con contención y respeto.
   Las hermanas Alba de Alex Oviedo propone un final tan diabólico que me callo para invitarles a que la lean.
   Habitación doble de Luis Magrinyá es una novela enorme que leí por recomendación del blog de José Luis Amores
   En Alfabeto de cicatrices de AnaPérez Cañamares, su libro más reciente, la poeta hace de lo cotidiano (la limpieza, el metro, la sala de espera de la Seguridad Social) materia poética y repasa su pasado para tomar impulso hacia delante, con cruda autocrítica para mostrarse:
y ahora deja el libro
vete al espejo
y mírame
Y la ves. Gran poeta Ana. Me encanta.
   La mano invisible de Isaac Rosa es una novela arriesgada sobre el trabajo deshumanizador y alienante.
   Tanto El gran número, Fin y principio yotros poemas de Wislawa Szymborska como El cielo a medio hacer de Tomás Tranströmer son excelentes.
   El beso del ángel de Irene Gracia es una novela sugerente y rompedora.
   El ángulo ciego de Luisa Etxenike es una novela grande sobre el dolor y el miedo.
   Flores de verano de Tomiki Hara es un libro sencillo y estremecedor.
   El limonero real de Juan José Saer es una novela de 1974 de este escritor argentino ya fallecido construida desde distintas miradas para narrar unas horas, las del 31 de diciembre, de la vida de varias familias de campesinos rosarinos y condensar sus vidas: sus tragedias y sus resistencias, el peso de los días y la obligación de la vida.
   El libro de la ola, el atajo de Valerie Mejer es el único publicado en España de esta poeta mexicana que vive en Estados Unidos. Dice entre otras cosas Raúl Zurita en su introducción que estos poemas se escriben para comprender que lo frágil puede oponerse a la violencia ejercida por el mundo y sus poderes y luego Valerie nos confirma que un anillo de niebla estrecha mi cintura. Soy un poco mejor que ayer… y que La verdad es elegante y lucha contra la gravedad.
   La casa roja de Juan Carlos Mestre es un libro de poemas enorme y fundamental donde este gran poeta leonés afirma su voz original, personal y deslumbrante.
   Calle Bolivia de María Barbal es una novela sobre la inmigración de la posguerra española desde Andalucía a Barcelona desde la mirada de las mujeres, su doble discriminación como inmigrantes y trabajadores y como mujeres frente a un mundo organizado por los hombres.
   Del natural de W.G. Sebald son tres largos poemas: Como la nieve en los Alpes, Y si me quedara junto al mar más remoto y La noche oscura hace una incursión. Versos sobre el conflicto inacabado entre los humanos y la naturaleza.
   Una bendición de Toni Morrison es una novela sobre la esclavitud y la supervivencia en el norte de Ámerica en el siglo XVIII, que permite una mirada nueva.
   El mar de John Banville es la búsqueda del dolor en el recuerdo para poder recuperar al menos la conciencia de que se ha amado en alguna ocasión.
   No estoy limpia de Inma Luna son poemas sobre el miedo a conocer y a conocernos, desde la aceptación de que para vivir hay que aprender y para aprender en ocasiones nos devoran como dice Inma: Me excita conspirar así con la impalabra.

Paseo de julio con Juan Carlos Mestre por Pablo Müller

La lista completa del 2011:

¡Indignaos! de Stéphane Hessel
¡La crisis está siendo un éxito! de Manel Fontdevila
¿Por qué se cayó todo y no se ha hundido nada? de Juan Torres López
A cada cual, lo suyo de Leonardo Sciascia
Acceso no autorizado de Belén Gopegui
Alfabeto de cicatrices de Ana Pérez Cañamares
Andrómeda encadenada de Fátima Frutos
Black, black, black de Marta Sanz
Blanco nocturno de Ricardo Piglia,
Caligrafía de los sueños de Juan Marsé 
Calle Bolivia de María Barbal
Cuatro gotas de Dulce Chacón
Cuentos blancos de Manuel Vázquez Montalbán
Cuentos negros de Manuel Vázquez Montalbán
Curación de Ana Merino
de la ola, el atajo de Valerie Mejer
Del natural de W.G. Sebald
Desandar lo andado de Jorge Riechmann
El ángulo ciego de Luisa Etxenike
El beso del angel de Irene Gracia
El campo del alfarero de Andrea Camirelli
El caso Moro de Leonardo Siciascia                                         
El cielo a medio hacer de Tomás Tranströmer
El día de mañana de Ignacio Martínez de Pisón
El espía de Justo Navarro
El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron
El gran número, Fin y principio y otros poemas de Wislawa Szymborska
El limonero real de Juan José Saer
El mar de John Banville
El peso de la mariposa de Erri de Luca
El tobogán de Andrés Neuman.
El vendedor de estropajos de Fred Vargas y Edmond Baudoin
Espejos de las fugaces de Joumana Haddad
Flores de verano de Tomiki Hara 
Habitación doble de Luis Magrinyá
Hilos de sangre de Gonzalo Torné
La alambrada de mi boca de Ana Pérez Cañamares
La aldea de sal de Ledo Ivo
La casa roja de Juan Carlos Mestre
La fiesta del oso de Jordi Soler
La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger
La mano invisible de Isaac Rosa
La matanza de los gitanos de Ken Bruen
La niebla, tres veces de Menchu Gutierrez
La piel del zorro de Herta Müller
La senda oscura de Asa Larsson
La tumba de Keats de Juan Carlos Mestre
Lanzadera en una cripta de Wole Soyinka
Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla
Las hermanas Alba de Alex Oviedo
Las niñas perdidas de Cristina Fallarás
Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano
Lo demás es silencio de Piedad Bonnett
Los hombres intermitentes de Francisco Javier Irazoki
Los que hemos amado de Willy Uribe
Muerte del inquisidor de Leonardo Sciascia
Niñas y detectives de Giovanna Rivero   
No estoy limpia de Inma Luna
Odas / Canto secular / Epodos de Horacio
Operación Gladio de Benjamín Prado
Padres, hijos y primates de Jon Bilbao
Pigmalión y otros relatos de Manuel Vázquez Montalbán
Sobre la felicidad a ultranza de Ugo Cornia
Solaris de Stanislaw Lem
Sunset Park de Paul Auster
Todo es silencio de Manuel Rivas,
Un lugar incierto de Fred Vargas
Un momento de descanso de Antonio Orejudo 
Una bendición de Toni Morrison
Una cruzada en solitario de Chester Himes


2 comentarios:

  1. No sólo tienes libros magníficos sinoque entre ellos está uno de los títulos que más me han gustado en los últimos tiempos y que, curiosamente, es poco o nada conocido. El ángulo ciego.

    Me gusta tu lista, es muy variada y contiene grandes obras.
    Besos y felices lecturas el año entrante

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  2. Gracias mientrasleo. Luisa Etxenike es una escritora formidable que aun nos dará literatura de la buena en el futuro, seguro

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