YO CAMPO
Emerge
un aullido desde mi interior
suena
como a bisagra de cancela
abriéndose
a un nuevo duelo
que se
extiende por el tiempo
ocupando
el horizonte ondulado.
Se
cubre de ovejas mi superficie
apretadas
entre sí se canalizan
en
silencio, salvo las patas
sobre
la tierra, y algún balido
perdido
de las más pequeñas
o de
las más viejas.
Mi
cuerpo se vuelve de lana
blanca,
sucia de barro, y pulgas
todas
acumulando una pena
heredada
que aceptamos
el destino es este camino
no hace
falta señalarlo más,
hacia
allí nos dirigimos, vamos.
EL POETA
¿Cómo
escapar a la palabra
escrita
frente a los ojos?
¿Cómo
no ser parte de ella,
la
actitud?
Del
lenguaje al comportamiento,
del concepto
al estado de ánimo:
imposible
no sucumbir
a su
presencia expansiva
doliente
aferrada
corpórea.
Con
lápiz tacho la primera línea
¿era
acaso el título definitivo?
¿la
idea principal?
La
tierra se estremece
cuando
algún poeta tacha uno
de sus versos,
la
fractura sale del papel
y
reverbera
astillas
rotas de voz
concéntricas
ondulan
por el
valle
con la
tripa encogida.
Y el
grito elevado
por
todas las muertes sin cruces
entre
los canchos.
POESÍA SALVAJE
El poema, como el paisaje,
es lugar donde se nos permite hablar con los
muertos.
OLVIDO GARCÍA VALDÉS
Pulir, pulir
y volver a pulir.
Cada palabra
debe encajar
de manera natural,
pasar desapercibida
en su conjunto.
Palabras pulidas
como piedras de río,
versos redondeados,
sin aristas, mojados.
Que cada poema
sea un paisaje protegido.
Iván
Hernández Montero
Necesidad
de un río
Baile
del Sol
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