Metamorfosis
Cuando
encontré los higos
abiertos
en el suelo,
vi el
cuerpo de mi abuela
descuartizado.
El
color carmesí
teñía
ambas entrañas,
que me
miraban rotas
y
agonizantes.
La
cesta era de esparto
con el
que trabajaba
en la
época del hambre,
y lo
vendía.
Tan
solo eso heredé;
ya nada
tengo de ella
ni de
los tiernos higos
salvo
el olor.
María
Sánchez-Saorín
Herederas
IV
premio de poesía joven «Tino Barriuso»
Poesía Hiperión
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