Recupera
una vieja agenda.
Llama
a cada uno de los números: los de los padres 
muertos,
los de viejos amores, los de los ancianos 
amigos…
Genera una narrativa con las conversaciones 
habidas
con los propietarios actuales de la línea.
También
con los silencios.
Recluta
un grupúsculo de performers para ir
de evento en 
evento
abriendo la boca para contagiar bostezos.
Acción
poética homenaje a Camus:
Pasar
la tarde extrañado.
Friedrich
Nietzsche enloquece y llorando se abraza a un 
caballo
que está siendo golpeado por el cochero. Ponte 
en el
lugar del caballo.
Investiga,
moviendo todos los hilos a tu alcance, 
consultas
a meteorólogos incluidas, cuánto la sequía ha 
hecho
descender las probabilidades de morir en París 
con
aguacero. Y qué diría Vallejo.
Llena
de agua una regadera en el nacimiento del Huebra, 
rio
de la cuenca del Duero; viértela en el manantial en 
que
nace el Alagón, afluente del Tajo. Llénala allí mismo 
y
regresa a regar con su agua la del Huebra.
Deja
claro que tu intención no es exigir trasvases, ni 
perjudicar
ni desviar caudales, se trata de mostrar, 
simbólicamente,
tu negativa a aceptar con natural 
sumisión
que las cosas sigan su cauce.
Sabedor
de la importancia que se da a las últimas 
palabras,
decide y proclama que en la hora de tu muerte 
emitirás
tres balidos: beeeee, beeee, veeee. El último 
con
uve, para no defraudar del todo a tus exégetas.
Jesús
Alonso
Se
hacen siestas a domicilio
La
Única Puerta a la Izquierda

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