NUEVAS FORMAS
NO
llamo.
No
llamo nunca.
Llamar
a la abuela es otra forma de decirle que la quiero.
Preguntar
a mi madre cómo le ha ido el día,
intentar
adivinar, entre nimiedad y nimiedad que nos
contamos,
cómo
está.
Preguntarle
a ella por papá
porque
yo no le hablo.
Decir
por el chat de la familia:
«Este
fin de semana bajo».
O al
bajar:
«He
decidido quedarme un día más».
O
revelar una sorpresa:
«He
convencido a mi hermano para que baje también».
Mandar
una foto enseñando la comida
para
que sepan que comemos.
De vez
en cuando un chiste,
un look para que vean
que
sigo existiendo en la distancia.
Y
llamar, sobre todo llamar.
Pero no
llamo.
No
llamo nunca.
Nuria
Ortega Riba
Las
infancias sonoras
Ediciones
Rialp
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