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miércoles, 12 de octubre de 2022

UN FRAGMENTO DE RUSIA FRENTE A UCRANIA DE CARLOS TAIBO

 


 

 

 

9. Ante la luz del discurso monocorde que emiten nuestros medios de incomunicación, pareciera como si Rusia no hubiera recibido agravio alguno y se comportase como una potencia agresiva ajena a toda contención. La realidad es, sin embargo, bastante diferente. En lo que al mundo occidental se refiere, Rusia lo ha probado casi todo en el último cuarto de siglo: la docilidad sin límites del primer Yeltsin, la colaboración de Putin con Bush hijo entre 2001 y 2006, y, en suma, una moderada confrontación que era antes la consecuencia de la prepotencia de la política estadounidense que el efecto de una opción propia y consciente. Moscú no ha sacado, sin embargo, provecho alguno de ninguna de esas opciones. Antes bien, ha sido obsequiado con sucesivas ampliaciones de la OTAN, con un reguero de bases militares, con la posibilidad de una incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica y con un displicente trato comercial. No es difícil, entonces, que, en un escenario lastrado por la acción de una UE impresentablemente supeditada a los intereses norteamericanos, Rusia entienda que está siendo objeto de una agresiva operación de acoso encaminada a reducir las posibilidades de que resurja en el oriente europeo una gran potencia, y ello por mucho que las diferencias no las marquen ahora ideologías aparentemente irreconciliables, sino —lo reitero— lógicas imperiales bien conocidas.

Lo suyo es agregar que lo que anuncia el futuro no es muy halagüeño para los habitantes del este de Europa. Si lo que se aposenta es una Rusia débil, como acarician muchos de los grupos de poder en el mundo occidental, las convulsiones estarán al orden del día en un espacio en el que la rapiña que se prevé parece llamada a ganar muchos enteros. Si lo que gana terreno, en cambio, es una Rusia fuerte, muchos europeos orientales tendrán la oportunidad de comprobar cómo la presunta comunidad de cultura y de valores con el gran imperio local se traducirá en imposiciones sin cuento. Baste con recordar las que, en este caso con el silencio cómplice de la UE y de Estados Unidos, se han revelado en Chechenia, un lugar en el que, por cierto, cabe aguardar que Putin organice un referendo de autodeterminación similar al que, con razones respetables y garantías deleznables, tuvo a bien orquestar en Crimea…

 

 

 

Carlos Taibo

Rusia frente a Ucrania

Imperios, pueblos, energía

 

Los Libros de la Catarata


 


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