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viernes, 19 de noviembre de 2021

UN POEMA DE ANTEMANO DE REYNALDO JIMÉNEZ

 

 

 

 

en la impronta acento azul zorzal está la flecha

una vertiente hacia la espuma del follaje adonde

los rostros transmutan su desliz al claroscuro

 

algunos animales no se ven esparcen al estallar sus

cuerpos contra el impacto mismo de cualquier pacto

a su vez eclosiona la danza sucesiva que imantamos

 

especie de instantánea entrada a la voz

despiértate tal como estás desnuda perdida cabeza

reencontrada sin embargo entre los hiatos suspiras

 

humo atraviesa muros con la oreja parada

se entretiene con nuestra algarabía de futuros

intransigente brisa que nadie lee salvo el ausente

 

por estas regiones pasa la hebra

al atravesar al propio arquero que se dobla

caña en flor va la voz donde desvía el envío

 

¿acento hasta que la muerte lo propague?

¿mansión de lluvias bien adentro de la selva?

¿desprendimiento espiralado de las caras?

 

algunos animales se miran sin saberse no vistos

se esconden como chicos detrás de un papelito

de mariposa quizá reina extranjera y sin linaje

 

eclosiona la danza sucesiva que imantamos

especie intercambiable con la voz

retuerce aúlla bien adentro de la selva

 

para el corazón flotante prisión de alegorías

tallar es tan lento como escuchar

hablar por alegría por orfandad del que se fue

 

¿planto en la saciada costumbre bien adentro

del jardín de máscaras atisbándose a sí mismas

entre las rejas y llaveros que se afilan?

 

eclosiona la danza desasida y la inhalamos

absorbe por observar silencio hasta cundir

invertebrada de tanto ya no ser atrapada

 

creyendo estar en sí y no estar en nada

ninguna parte allegada y todas las danzas

parten y ya es la panza de la selva

 

adentro nadie lee estos flotantes renglones

por donde oyendo las ondas por dar batalla

la mano del callador sobre la roca redonda

 

 

 

Reynaldo Jiménez

Antemano

 

Amargord ediciones


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