HORMIGAS
Recorrías
mi cuerpo como las hormigas
recorren
el suelo de mi casa en verano
experta
e incansablemente
con la soltura
del peso ligero que no araña desiertos.
Arrastrabas
mi cuerpo con la misma facilidad
con la
que yo abandono paraguas en los autobuses
experta
e incansablemente
sin
dejar atrás mis años arañando desiertos.
Demasiado
trabajo
demasiada
ebriedad de ácido fórmico
nos
dejó huérfanas de primavera
abandonadas
a un invierno incoloro
sin más
alimento que tu rabia
y mi
pena.
Ana
Navío Araujo
Los
macroorganismos que retienen una porción de mí
Ediciones
Leteo
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