Cuento
«mis
pasos
agrandaron
la huella de los lobos»
Arnaldo Calveyra
Se extravió en humedal de anónima manada,
especie que lamía sin testigos
amanecer o sangre
circular. Entre la risa
distinguía el trago helado,
intemperie llamó al chico la
nodriza.
Y si es atajo
todo el bosque,
quién correrá
del escondite
al árbol.
Se extravió veloz, canto en quebrada.
Qué esfuerzo de la curva
por ir jugando, por ir
sorteando rastro aún. Si tan sólo llegaba
el chico al sesgo,
ceguera de su padre
desvelado.
Y si es atajo
todo el bosque,
quién correrá
del escondite
al árbol.
Como quien corre nuevo
monte, se extravió: y aquella brisa
de lobo a la escucha. Tanta sombra
devoraba su roca
que cumplió cómplices
atardecer y tarde.
Y si es atajo
todo el bosque,
quién correrá
del escondite
al árbol.
Daniel Aguirre Oteiza
Amargord Ediciones
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