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domingo, 17 de septiembre de 2017

UN POEMA DE CAÍDAS DE TERESA SOTO






¿Observaste, dime, el peso de la rama
cargada de frutos?,
¿la ubre repleta de alimento?
¿No es palpable, un dolor,
el crujir de la madera ya doblada
de esfuerzo, la fatiga del mamífero
con aquello a cuestas?

De esta misma densidad
es hoy la desdicha.

Sin tocarla,
su consistencia es gruesa.
Dolor quieto.



Teresa Soto – Caídas







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