El dolor en la familia del archivo de Pablo Müller
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Hubo un tiempo donde el dolor
no tenía nombre:
enajenado, duelo, abismo, negro.
Así dolía dos veces:
una por su evidencia,
otra por su silencio.
Hubo que esperar para aprender
su nombre nuevo,
y a su lado alcanzar la estatura
de lo humano,
enternecer su sonido
y su silencio.
excelente, cuando te leo, me sorprendo tan gratamente!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, anfaber...
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