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jueves, 29 de noviembre de 2012

"LA DEMOCRACIA HA CERRADO LA PUERTA A LA LIBERTAD" O LA POESÍA ASINCOPADA DE IBON ZUBIELA MARTÍN




Poesía y andamios, en octubre de 2012 por Pablo Müller





“porque los derechos se pelean
arando el porvenir
con viejos bueyes”

   Ibon Zubiela Martín sabe y nos dice que la verdad está en la calle aunque sea con una bandera rota.

   Ibon conversa con Ismael Serrano y Pedro Guerra, con Vladimir Ilich Lenin y Fidel Castro, con Oliverio Girondo y Mario Benedetti, con Roque Dalton y Joseba Sarrionandia, con Juan Carlos Onetti y Fito, con Gabriel Celaya y Voltaire, Gioconda Belli y Blas de Otero.

   En esta conversación Ibon ancha la poesía con el lenguaje político, en el sentido noble y revolucionario del término político. Y se enfrenta a la corriente fácil del todo igual, todo lo mismo, en la determinación de un lenguaje a la velocidad de la utopia.

   Este no es el tiempo en que la alternativa a la derrota es la victoria, si es que hubo un tiempo así. En este tiempo la lucha consiste en ganarnos elegir la derrota que nos infringen, entre las muchas derrotas que nos pretenden.

«Los poemas enviados por correo desde la prisión de Guantánamo son secuestrados. “La poesía representa un riesgo especial”, justifica una orden de los servicios de espionaje estadounidenses emitida en junio de 2007 (la prensa informó de ello en junio de 2007), que sigue: “Las normas del Departamento de Defensa no permiten la edición de ningún tipo de poesía en su versión original o en otras lenguas”. Los poetas descreen de los poderes de la poesía; el Pentágono no lo hace.»
Jorge Riechmann. Citado por Antonio Orihuela en su colofón de Todo el mundo está en otro lugar.

   Ibon Zubiela Martín es un poeta que cree en los poderes subversivos de la poesía. Y con esa certeza construye versos contundentes y lúcidos.

“la democracia
ha cerrado la puerta
a la libertad”

En Poesía asincopada y haikus de Ibon Zubiela Martín, Planeta Clandestino, Ediciones del 4 de agosto.



Contenedor de publicidad en octubre de 2012 por Pablo Müller




sábado, 24 de noviembre de 2012

"EL TELÉFONO MÓVIL QUE SUENA EN LA SEPULTURA"



Iguazú, en agosto de 2005 por Pablo Müller



“el teléfono móvil que suena en la sepultura”
Juan Carlos Mestre

Pablo Müller duerme con el diccionario en la mesilla de noche:
— diccionario dolor-castellano; castellano-dolor —
Los poetas ingleses se pasan el martes a la clandestinidad.
A las mañanas de sábado su diccionario sirve para traducir el secreto:
— secreto-castellano; castellano-secreto —
Los náufragos conocen de memoria las singladuras de los disturbios.
Los disturbios acumulan serias condenas a los viajes.
En el aeropuerto de Iguazú Pablo Müller se encuentra con los hijos del hombre que nació en la misma casa que su abuelo.
En la casa del abuelo había un diccionario para traducir lo fraterno al castellano.
En el castellano falta la palabra escorbuto y hay quien pretende la cesión de la palabra piedad a un idioma de centro europa.
En las marejadas los mares anuncian a las montañas su propósito de enmienda.
Nunca un barco estuvo tan lleno de trayectos cansados.
Nunca los trayectos tuvieron tantos niños salvajes y ahora entiendo como esta piedra es la lágrima de hace unos años.
Me ha costado.

“El pez no sabe que existe el agua”
Juan Carlos Mestre



La casa donde nació el abuelo de Pablo Müller, de su archivo.




martes, 20 de noviembre de 2012

DICE EL FORENSE...


Marañón por Pablo Müller


«El poema, es lugar donde se nos permite hablar con los muertos; también donde se nos permite sentir el dolor»
Olvido García Valdés

Dice el forense que no sufrió, que interrumpió el sueño con un desmayo, e inconsciente, dejó de respirar, en la cama, a la noche, apenas unas horas antes del amanecer, cuando más fuerte llovía,
— una tormenta hecha de verano y furia —.
En las habitaciones de la mirada se ha quedado la horrible pena.
La mirada la sostiene la hermana pequeña para los deudos y los familiares que se acercan despacio sin hacer más ruido que el necesario.
Nadie debe pasar por el trance de descubrir que tu hermana ha muerto mientras dormía.
Todos tienen derecho al deseo del día bueno y a su correspondiente respuesta.
Las noches y su adecuado sueño deben considerarse como necesarias interrupciones a la conversación de todas las vidas. Ahora, ¿quién continúa la charla de las hermanas?
¿Dónde se queda el abrazo fraterno aplazado en la ruda costumbre de los trabajos de las huertas en verano?
En todos los poemas hay un apartado para hablar con los muertos.
En todos los poemas se puede responder a las preguntas que no se hicieron, se puede declarar la conveniencia de algunos sentimientos, se puede pedir perdón, se puede ofrecer la compasión por los pájaros y la tolerancia hacia las alimañas que limpian los huertos.
En todos los poemas hay un verso que lo ha puesto tu muerto, porque, no lo dudes, todos tenemos un muerto a nuestro cargo y destino. Algunos dos.
Sí, Pablo Müller, al final de la lectura hay descanso para las palabras no dichas, esas palabras que se refugian en la entraña y carcinoman.
Luego en el verano infrecuente llueven noches para el sueño de la palabra en la casa grande.
No hay ya Pablo Müller, desenmascarado, con las palabras que dices eres otro, en otro lugar, no casa, sala de hospital, carretera, playa, puerto de mar, edificio de peaje provisional, garita de guardia donde los soldados tristes se dejan morir por los disparos, calabozo, habitación donde los milicianos hablan idiomas distintos, Hotel Ero, Mostar en su parte derecha, Mostar en su parte izquierda, el curso del Neretva, los ojos que te miran, la respuesta que no tienes, las oficinas llenas de humo, Pablo Müller, impostor de ti mismo.
No hay Pablo Müller, hay otro con un rostro nuevo vaciado por puñales de desasosiego, vomitado el pasado, pesada la memoria, sin calibre.

Pablo Müller sube a las habitaciones de la casa grande. En el despacho del abuelo le reciben las termitas.
La muerte de la mujer que la habitaba inaugura un tiempo con soledad en el minuto y ruina para las horas.
Los cimientos están enfermos de humedad e invierno.
La piedra y la madera no tienen visitas de la risa y los perros.
Los perros se acuestan en el rincón más lejano y los gatos son incapaces de recordarles sus tareas.
Nadie defiende la casa grande de sus lluvias.
Pablo Müller y la compasión juegan a las cartas con la vida que se queda.
Pablo Müller recibe las palabras de las hermanas vivas y las coloca en el plato de la sopa triste.
Pablo Müller tiene abiertas las maletas donde se cuele la pena horrible. Cuando se llenen, intentará cerrarlas, y con la ayuda de los perros esquineros la cargará para esconderlas hasta el funeral próximo.
Pablo Müller invita al juez de la paz a quedarse en un pensamiento, le pide que vele por dejar lejos a un lado la crueldad y al otro el miedo, le pide ordene a los alguaciles cuiden que la ira sea discreta y pase desapercibida como las tormentas de verano que anuncian la muerte de las mujeres y de las casas grandes que las cobijan.

Los perros mueren en unos meses tan cortos que parecen lunes.

sábado, 17 de noviembre de 2012

AFUERA CANTA UN MIRLO DE ROGER WOLFE




Afuera, tarde de octubre por Pablo Müller



Aconseja Roger que empecemos con el trabajo sucio:

Uno no escribe necesariamente
lo que quiere, sino lo que debe escribir.
Uno mira alrededor y se da cuenta
que hay montañas de ropa sin lavar.

Escribir es un trabajo sucio, —si aceptamos trabajo como animal de compañía— que produce desorden, hambre, caos, desmadre, perdición, y todo para buscar una felicidad que está donde no está, con lo que queda sentarse, sentarse y esperar.
Poemas facturas a noventa días y transferencia, afeitarse a las seis de la mañana, sin coartada con la que evitar el castigo que la ley (vida) infringe porque sí.

Mirar por la ventana.
Fumar un cigarrillo.
La sirena de una fábrica,
las calles vacías,
las esquinas…

que tanto joden cuando vas distraído, la música de la culpa, la tatareamos cuando se muestra el miedo en su origen, y con la canción sobrevivimos los que tenemos miedo (que no confundir con los cobardes) y así dejar una siniestra sinfonía de herencia en los genes que nos perduran.
La paz es un sitio, la paz está en todos sitios menos en el que estamos buscando nos avisa Roger Wolfe, como la patria es una planta sin raíces que se manifiesta en un poema. Paz, patria y poema. Los bárbaros estaban dentro: nosotros siempre fuimos los verdaderos bárbaros.


Huacanamo Editorial










domingo, 11 de noviembre de 2012

HUBO UN TIEMPO DONDE EL DOLOR



El dolor en la familia del archivo de Pablo Müller




Hubo un tiempo donde el dolor
no tenía nombre:
enajenado, duelo, abismo, negro.

Así dolía dos veces:
una por su evidencia,
otra por su silencio.

Hubo que esperar para aprender
su nombre nuevo,
y a su lado alcanzar la estatura
de lo humano,
enternecer su sonido
y su silencio.



jueves, 8 de noviembre de 2012

PABLO MÜLLER TE TRAE EL DOLOR


Puerto por Pablo Müller



Pablo Müller te trae el dolor,
lo coloca sobre tu pecho,
con la indolencia con que deja las llaves
encima de un mueble.

Y cuando el dolor te atrapa
y te atraganta la garganta
y te llena las manos de hormigas
voraces
y se arrastra por tus ojos
con la lentitud de los cristales…

Pablo Müller mira ese dolor
y lo llama pequeño.

El dolor se ríe con el sarcasmo
de los que se crecen en la inquina.

Debe Pablo Müller hacerse más grande
que tu dolor para, al menos, mirarlo a los ojos
y reconocerlo.


domingo, 4 de noviembre de 2012

THRILLER MUSIC PARK - MADRID ARENA Y SIGUE...





Cuatro por la noche de todos los muertos por Pablo Müller
 

Belén Langdon del Real, 17 años, ni uno más, ni uno más,
cuatro es el número
que tiene ahora la calculadora
de los dientes del lobo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

THRILLER MUSIC PARK MADRID ARENA



Noche de todos los muertos, noviembre de 2012, por Pablo Müller

38,50
Veinte mil
770.000
tres, tres y tres.

38,50 euros la entrada
veinte mil entradas vendidas según declara un empleado
770.000 euros de caja, caja, caja…
tres muchachas muertas, muertas, muertas

38 miembros de seguridad privada
35 personas en control de accesos
Katia Esteban Casielles
18 años, ni uno más, ni uno más
75 operarios empresa Control 34
un sargento policía local
Cristina Arce de la Fuente
18 años, ni uno más, ni uno más
un cabo
14 policias
Rocío Oña Pineda
18 años, ni uno más, ni uno más
770.000 euros de caja, caja, cajón.

En las últimas noches de octubre
las muchachas llevan caperuzas de música y bengalas
y el lobo feroz tiene calculadora en los dientes.

jueves, 1 de noviembre de 2012

"EL LENGUAJE ES UN HECHO CRUCIAL PERO NUNCA DEFINITIVO" JUAN CARLOS MESTRE


Con los primos en la nieve, del archivo de Pablo Müller



“El lenguaje es un hecho crucial pero nunca definitivo.” En cuanto sigas leyendo La bicicleta del panadero entenderás el porqué. Prosigue Juan Carlos Mestre: “Mi trabajo ha consistido en amar día sí y día también a una señora muy alta…” Y espero que el tiempo del verbo no remita a una ruptura sentimental.
Las encuestadoras recogen a las niñas en las piscinas y les dan bocadillos de abrazos y maleza. Las niñas en las piscinas beben el refresco prófugo del final de la infancia. Al final de la infancia hay un mantel de cuadros y encima todas las calabazas de enero.
Al final de la infancia podemos encontrar “Un anodino poema sentado sobre el crepúsculo” que nos advierte que “No quisiera ser descortés e importunarles con mi biografía”, pero la biografía de uno es la conciencia escrita, y en todo caso el poeta no es descortés ni importuno, porque para escucharle hay que abrir primero el libro. Y como lo hemos abierto hemos leído: “…pero en caso de que pudiera demostrarse que todo el pensamiento acumulado en los libros ha sido soplado silbado cantado al oído del adorno de los pájaros de lo antiguamente…” y en esa constatación, o al menos duda, entiendo a los pájaros de lo antiguo que manejan la información privilegiada de las palabras. el resto desconocido del ADN que no pasa el día en el trabajo sucio de las proteínas, y nos devuelve la otra percepción del hombre que dijo poesía, que dijo peso, que dijo memoria y después fue desalojado por los sicarios de la palabra única. “La poesía pesa más que la memoria que desaloja”
El peso de la poesía es mayor que el de la memoria desalojada para su manufactura… entonces ¿qué se añade?
Se añade la conciencia. Y con ella la voz de protesta con la que acaban los poemas, hecho comprobado, establecida su veracidad, para añadir que el mundo ha llenado de dolor los bolsillos de los nuestros, y a su muerte, sus vivos les debemos el vacío: poner con cuidado y en orden el dolor sobre la mesa del velatorio. Los poetas, como Juan Carlos, toman la palabra y lo incluyen en el inventario.
“No hay casa grande para la madre del olvido…” Madre Nieve nació en la casa grande frente al llamado palacio, al que entraba con la agachadura de los sirvientes… Así se hereda la servidumbre en las estirpes: a los palacios y al dolor de Pablo Müller.

Declara Juan Carlos Mestre que “Los parias y los perros y las aún más fáciles estrellas que bajan a las acusaciones son mis capitanes.” y a esa compañía me alisto. Como me apunto a la espera de “la nieve sobre el padre del sueño…” necesario resumen con que recibir el invierno en la poesía.

 
La bicicleta del panadero.
480 p. 2012.
ISBN 978-84-8359-238-0. 25,00 €.