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lunes, 9 de diciembre de 2024

ORLANDO LETELIER DE JOHN BERGER EN SIEMPRE BIENVENIDOS

 



 

 

 

ORLANDO LETELIER (1932 – 1976)

 

 

 

Socialista, nombrado ministro de Defensa de Chile por Salvador Allende en 1973. Sacado a punta de fusil de su Ministerio durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Conducido a la isla Dawson, sufrió allí tortura. Le rompieron los dedos de las manos (le gustaba tocar la guitarra). Liberado un año después se trasladó a Estados Unidos. Fue elegido directos del Instituto de Ámsterdam y Washington en 1976. Viajó por todo el mundo para explicar la verdad de lo que ocurría en su país. Fue asesinado en Washington mediante la colocación de una bomba en su automóvil, atentado cometido por exiliados cubanos bajo el control de la policía secreta de Pinochet. Ocurrió el 21 de septiembre de 1976. Supe la noticia dos días más tarde, justo cuando Yves, mi hijo, venía al mundo. Aquella noche escribí este poema:

 

Alguna vez te visitaré

le digo

en tus montañas

hoy

asesinadas

se agitan los pedazos

ha venido para quedarse

vive en muchos lugares

muere en cualquier parte

está en esta habitación

entre las páginas

de los libros abiertos

no hay una sola manzana

en los árboles

ni amontonada con los frutos de este año

que no tenga para él

el color de los regalos

nunca más habrá de encarar a la muerte

no hay un precipicio

que su cadáver no haya

sobrevolado

el silencio de su voz

leve y dulce como hoja de haya

estará a salvo en la foresta

nunca le oí hablar

en su lengua materna

salvo cuando decía el

nombre de los patriotas

las nubes se expanden a ras de hierba

más veloces que ovejas

nunca te pares

él se palpa el corazón

siempre firme

mientras se sitúa en el centro de Chile

y luego sobre el ojo de Santiago

por donde ahora pasa

 

Ante la fortaleza de la injusticia

encuentra juntos a muchos

adornados con la delicadeza de la razón

y habla allí

de lo que hay que hacer

entre las piedras

de lo que deben hacer

no los gigantes

sino las mujeres y los hombres

que lo contemplan despedazado

porque fue coherente

al que pusieron otros una bomba

porque fue molesto

al que asesinaron para asesinarlos

a todos

pero nunca se oirá su voz en un lamento

ni renegar de lo que cree

los renegados fueron

los que escogieron para la historia

el día de su asesinato

 

Ha vuelto

con la primavera

justo cuando florece el rojo sangre

el fresno de los montes

aunque no pertenezca al tiempo

de las estaciones

pues pertenece a los torturados

aquí estará en la primavera

cada primavera

hasta que las estaciones vuelvan

a explotar

en Santiago.

 

 

 

John Berger

Siempre bienvenidos

 

Traducción de José Luis Moreno-Ruiz

 

Huerga y Fierro editores


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