EL OCÉANO EN LA CALLE MAYOR
Necesito esgrimir silencios con todo mi empeño,
encontrar las palabras que pongan nombre a mi voz.
Mirar la calle que me susurra tantas cosas...
esa mirada desconocida que cruza la puerta de embarque.
La madre y el hijo que espera un avión, y la sombra
de esa niña que jamás tendré.
El escaparate que presenta nuevos personajes,
peinados que prometen otros paraísos.
Las estanterías que hablan con voces espectrales
de un tiempo impreso.
Enmudecer, suspender aritmética, dejar de contar razones,
buscar refugio entre tribus animales, olvidar los rezos
y convocar a una suerte que llegue inesperada.
Para encontrar el océano en la plaza Mayor;
nadar entre ascensores y fundar mi hogar
en la planta baja de un edificio común.
Salir y entrar resulta fácil, salir y entrar ya no es el viaje.
Entonces me aplico, aprendo a descifrar idiomas
con el lenguaje claro de la piel.
Y dicen de mí, que no hay quien me entienda,
que ahora mi lengua se ha vuelto incomprensible.
Que desvelar la vida oculta de una rosa es pueril,
que un absurdo y sentido extraño me posee,
que bucea tan hondo en el mar de la duda.
Teresa Ramos
Multi (im) plicaciones
Nautilus Ediciones
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