Es
gratificante percatarse de que no hay nada que pulir, es
tan
completo este pliego de belleza inmediata. Sobran las
conjeturas,
no quebrantaremos la suerte de pertenecer, de ser
componentes
de una fórmula que se va cimentando con
todas
nuestras experiencias pretéritas y ulteriores.
No hay
donde escapar porque no hay donde esconderse;
por
mucho que galopemos nos alcanzará siempre nuestra
cuna
porque hemos salido de este vientre austero, de esta
dignidad
que han contemplado los siglos. Esfumarse no es
una
opción, mejor acomodarse y prolongar el corazón
hacia
las generaciones venideras.
Yolanda
Pérez Herreras
Aproximaciones
Caminos
y sendas de Villamuriel de Campos
La
Única Puerta a la Izquierda
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