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sábado, 12 de agosto de 2023

ZAPATOS CON NIEVE Y AL LADO DE LAS HUERTAS DE F.L. CHIVITE EN UNA CUESTIÓN DE EQUILIBRIO

 


 

 

ZAPATOS CON NIEVE

 

 

No la inutilidad y el vacío de todo

sino en cierta manera todo lo contrario

la eternidad de las cosas presentida

tal vez a una edad demasiado temprana, amor mío

 

(la eternidad, por ejemplo, de una pared

iluminada por el sol a las diez

de la mañana, la eternidad

de unos zapatos con nieve

o de una simple mancha de limón

en un mantel de hilo)

 

la eternidad, como digo, unida casi siempre

a una determinada disposición de la luz

ha sido desde el principio

la causa de que siempre

me ha resultado tan difícil

ponerme en el camino

pisar tierra.

 

Pero el mundo hace tiempo que dejó

la eternidad a un lado

 

yo probablemente estoy perdido

la verdad es que acepté estarlo

demasiado temprano

y me senté a escribir

tratando de detenerlo todo en torno a mí

mientras la vida se alejaba

 

pero tú no la veas todavía

amor mío la eternidad

de las cosas no la veas aún

 

porque verla es igual que ver la muerte

en todo y todo el tiempo.

 

La eternidad de ningún modo

te ayudará a vivir, toca las cosas

y pasa sobre ellas con toda la alegría que puedas

mas nunca te detengas demasiado.

 

Por lo que a mí respecta

todavía no soy lo suficientemente viejo

como para aceptar con una dulce sonrisa

haber errado en lo único

que merecía la pena

 

pero aunque el asunto ya no tenga remedio

ni desde luego

pueda uno presumir al cabo de los años

de haber entendido una palabra

de este vano negocio

imagino que siempre será mejor vivir

 

vivir si después de todo eso es posible

estar ahí,

pensar que el tiempo pasa

que las cosas ocurren

que el mundo existe y tiene su

importancia.

 

 

―――――――――――

 

 

AL LADO DE LAS HUERTAS

 

 

Veintinueve de noviembre por la mañana.

Solo, en el viejo camino de las huertas,

a eso de las once.

 

El ladrido de algún perro, el sonido

de algún coche lejano, algunos pájaros.

Y el sol, pálido y vulnerable en el aire frío.

 

Entonces me detengo. Me paro de repente

y digo para mí: voy a pararme un poco,

solo para saber que puedo pararme cuando quiera.

 

Voy a pararme aquí, al lado de las huertas,

durante unos minutos. Quiero mirar despacio esta luz

de noviembre, la luz de esta mañana soleada.

 

Quiero mirar esta luz y quedarme con ella,

por si en los días futuros nos faltara.

Por si la oscuridad llegara a hacerse

demasiado terrible en los días futuros.

 

 

 

F.L. Chivite

Una cuestión de equilibrio

[Poesía completa]

 

Luces de Gálibo


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