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lunes, 7 de agosto de 2023

MANDATOS FUNERARIOS DE LOS MARINOS PARTOS EN MORIR NO ES UN ARTE DE ADALBER SALAS HERNÁNDEZ

 


 

Mandatos funerarios de los marinos partos

(Res Gestæ, Amiano Marcelino)

 

 

No permitas que los muertos velen por ti.

 

No hagas que los muertos trabajen para ti.

 

No los menciones en tus plegarias, que con ello

sólo conseguirás despertarlos.

 

Si el muerto conoció el mar, sepúltalo en

tierra con un puñado de sal en la boca.

 

Si el muerto comandó una nave, sepúltalo

con un trozo de madera olorosa en cada

mano. Los gusanos no se atreverán

a su carne.

 

No les pidas favores, no los llames, no los

amarres a tus palabras y oraciones. Una

oración es una cadena atada al tobillo de su

ánima; no pueden zafarse y huir.

 

No busques consultarlos escrutando la tripa

ennegrecida de la noche.

 

Unta con aceites ocres el cuerpo del muerto.

Espera a que se hinche antes de enterrarlo,

cuando su piel tenga el color del mar bajo

poca luz.

 

No pidas a los muertos que te guíen en

altamar; sabes que tienen prohibido entrar

al agua.

 

No dejes comida para ellos; no tienen

apetito.

 

Si el muerto se ha ahogado, será necesario

cortarlo en trozos y darlo de comer

a los peces.

 

No enciendas velas ni quemes hierbas

aromáticas, que con ello sólo conseguirás

su insomnio.

 

No uses sus huesos en la adivinación. Cada

hueso es una llave, pero no sabes

de qué puerta.

 

Déjalos en su eternidad angosta, en su cama

estrecha como un labio.

 

 

 

Adalber Salas Hernández

Morir no es un arte

 

Ediciones Liliputienses


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