MANOS
Miras
la palma abierta de tus manos.
¿Qué te
dicen? ¿Realmente son tuyas?
¿No te
interrogan al interrogarlas?
¿No te
miran, extrañas, si las miras?
Mueves,
mueven, un poco, tus, sus dedos
haciéndote
no sabes qué señales,
como si
pretendieran desvelar
sobre
ti mismo algún oscuro enigma.
Hay en
sus huellas más signos escritos
que en
los libros del mundo. Te dan vértigo
sus
trazos superpuestos, ese afán
por dar
perfil a cosas imprecisas.
Qué
tormentas calladas, qué relámpagos
quietos,
qué seca lluvia, qué raíces
sin
flor, qué blandas piedras, qué mirar
sin
hondos ojos, qué simas sin simas.
¿Dónde
te llevan? ¿Hacia qué lejano
tiempo
de qué principio va tu mente?
¿A
quién heriste, asesinaste, amaste
en qué
otra piel? ¿De quién sois, manos mías?
Lorenzo
Oliván
Puntos
de fuga
Visor
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