Insectos
Los
insectos son sonido, no hace falta verlos para saber que están ahí. Así que un
ciego puede reconocerlos. La luz del cuarto estaba apagada, pero Juan Camilo distinguía
los ojos de Elías moviéndose en el aire, como insectos muy cerca de su cara.
Moscas tenaces que no querían despegarse de él.
A los animales libres no les atacan los
insectos, solo a los que están atados. Él había visto a los tábanos martirizando
a los caballos prisioneros. Él también estaba prisionero, atado a aquella cama
aunque Elías no le tocara. Solo le hablaba, y lo que le iba diciendo eran
cuerdas, cadenas, clavos que le impedían moverse.
—Escucha bien todo lo que te digo, porque es
la verdad. Tú sabes que no miento.
Él no quería oír, pero oía. Quería pensar
en otra cosa, en animales sueltos que saben defenderse. Leones y jaguares y
tigres salvajes a los que los otros animales no se acercan, que siempre tiene
la cara limpia de insectos.
Luisa
Etxenike
Cruzar
el agua
Nocturna
Ediciones
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