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jueves, 13 de enero de 2022

EL RELATO DE UN DÍA DE NOCHE FIEL Y VISTUOSA DE LOUISE GLÜCK

 

 

 

 

EL RELATO DE UN DÍA

 

 

I

 

 

Cuando esta mañana como de costumbre me despertaron

las delgadas rayas de luz que se colaban por la persiana

lo primero que pensé fue que la naturaleza de la luz

era su carácter incompleto…

 

Me imaginé la luz tal y como existía antes de toparse con la persiana…

lo frustrada que debía estar, como una mente

embotada por demasiados fármacos.

 

 

II

 

 

Al poco me encontraba

sentada a la estrecha mesa, a mi diestra

los restos de un pequeño tentempié.

 

El lenguaje me llenaba la cabeza, una euforia desenfrenada

alternada con una profunda desesperación…

 

Pero si la esencia misma del tiempo es el cambio,

¿cómo puede algo convertirse en nada?

Esta era la pregunta que me hacía.

 

 

III

 

 

Bien entrada la noche seguía sentada, pensativa, a la mesa,

hasta que sentí la cabeza tan pesada y vacía

que me dieron ganas de acostarme.

Pero no me acosté. En cambio, apoyé la cabeza sobre los brazos

que había cruzado frente a mí en la madera desnuda.

Como un polluelo en un nido, la cabeza

descansaba sobre los brazos.

 

Era época de sequía.

Escuché al reloj dar las tres, luego las cuatro…

 

En ese momento me puse a pasear por la habitación

y poco después fuera de ella, por las calles

cuyas vueltas y revueltas me eran tan familiares

en noches como esta. Dando vueltas y vueltas caminé,

imitando instintivamente las agujas del reloj.

Mis zapatos, cuando bajé la vista, estaban cubiertos de polvo.

 

Para entonces la luna y las estrellas habían desaparecido.

Pero el reloj seguía brillando en la torre de la iglesia…

 

 

IV

 

 

Así que regresé a casa.

Me quedé un buen rato

en la entrada, donde acababan las escaleras,

negándome a abrir la puerta.

 

Salía el sol.

El aire se había enrarecido,

no porque tuviera más sustancia

sino porque no quedaba ya nada que respirar.

 

Cerré los ojos.

Me debatía entre una estructura de oposiciones

y una estructura narrativa…

 

 

V

 

 

La habitación estaba tal y como la dejé.

La cama en el rincón.

La mesa bajo la ventana.

 

Y la luz se batía contra ella

hasta que levanté la persiana,

momento en el que se redistribuyó

como un parpadeo entre la sombra de los árboles.

 

 

 

Louise Glück

Noche fiel y virtuosa

 

Traducción de Andrés Catalán

 

Visor


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