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viernes, 15 de octubre de 2021

LLEGAS A TIEMPO UN POEMA DE UN FRÍO LETARGO DE JUAN LEYVA

 

 

 

 

LLEGAS A TIEMPO

 

 

 

Acércate despacio al día

todo lo que va a ocurrir está esperando

entrégate a lo que suceda sin prisa

no te afanes por complacer al futuro

sólo las ausencias llegan tarde.

 

Observa el paisaje desde la cama

como si no hubiera razón para el incendio

todo sonido tiene sus causas

todo silencio su pensamiento.

 

Cada horario tiene sus fieles

tras los desagües de las madrugadas

otros les siguen hacia las escuelas y los trabajos

porque toda enseñanza tiene su séquito,

nos vamos dando los relevos:

carreras, turnos, generaciones

hasta que empieza otro empeño

nadie vive con total amparo

nadie muere tan eficazmente como quien no ama.

 

Nuestra existencia es una carta,

que cambiando de técnica vamos escribiendo

la solemne novedad es que no hay novedad;

la sed sigue siendo sed y el hambre hambre.

 

Hay gente inclinada en una zanja, sobre un microscopio

abriendo y cerrando descubrimientos

haciendo lo posible para merecer las cosas,

cada hallazgo lleva a otra búsqueda

cada fracaso a otro intento.

 

Despedirnos sin estridencias de lo perdido

recibir con la mesa puesta a la alegría

aunque diga que no tenga hambre de nosotros,

ser generosos en la espera, fundar moradas para el descanso

de todo aquello que nos es negado, que disfrutamos

sin apenas percibir cómo llega,

reparar lo que se rompe nuestro paisaje

que decora los sitios donde nos damos cita,

somos regalos que dejamos a nuestro paso

envueltos en la fragilidad de la presencia.

 

Tengo el peso y la altura de tu unidad de medida,

me deshago ante ti, me voy construyendo,

al último suceso lo desplaza otro nuevo.

 

Como si nos limpiáramos las huellas

los objetos guardan nuestro tacto,

en experiencias recibimos lecciones

cuyas teorías aprenderán los niños nuevos,

esos que están esperando en algún sitio

para darnos de baja y despedirnos.

 

Todo lo que fuimos se irá con nosotros

todo lo que hicimos será lo que quede

como legado, como ejemplo

de lo que conviene conocer,

de lo que se debe evitar,

de lo que puede mejorarse.

 

Acércate despacio al día

déjate invadir por el olor del pan

apura lo que alguna vez te alimentó:

los años tiernos, la paciente espera

todo lo que va a ocurrir te aguarda

cada instante inaugura otro principio

que no tiene prisa por alcanzar su fin.

 

 

 

Juan Leyva

Un frío letargo

 

Amargord Ediciones


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