CONSEJOS CONTRA EL VIENTO
A Ramiro Pinilla
Mejor
no hablar. Hace viento.
El
viento no tiene nada que perder.
Pero el
viento desnudo, el exiliado
aire
perdido, pobre de solemnidad,
el aire
que no tiene dónde caerse vivo,
el aire
de repente —te lo digo—
es
capaz de arrancarte la voz.
De
pronto el viento puede desnudarte.
Tenazmente
levanta los tejados,
arrasa
las cosechas, borra tu rastro.
Airadamente
el viento se levanta,
no pide
la palabra,
se
lleva las palabras y las cosas el viento,
las
promesas, los trenes, los adioses el viento.
De modo
que conviene prepararse, créeme:
desprenderse
no puede ser tan malo.
Vaciar
la despensa. Tenerse nada más.
Apropiarse.
Expropiarse.
Hacerse
aire. Airearse. Regalarse.
Guardar
lo más valioso a la intemperie.
Mejor
tener solo cosas que nadie pueda quitarte.
José
Fernández de la Sota
Sin
otro oficio
Ediciones
del 4 de agosto
Planeta
Clandestino #146
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