LAS
ILUMINACIONES
Más
allá de unos ojos, más de la línea azul nunca alcanzada,
eras
sólo un apunte balbuciente de luz,
como el
tenue destello de un dios que se anunciase amaneciendo en todo,
y que
me trasluciese y yo le dispusiera hasta las yemas de mis dedos,
y consistiera
en ti y en tu atropello,
y con
eso bastase y luego prosiguieras, dejases y olvidases.
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EN EL
DESO O EN LA DESMEMORIA
Sucede
en ocasiones que su peso y número,
su peso
y bulto y número y medida
de todas
las personas que he sido —en el deseo al menos
o en la
desmemoria— ni en el alma me caben
ni yo
quepo —y eso es lo que me importa— en la de cada una de ellas,
de tan
multiplicada y abdicada, negándome y creándome;
yo,
transitoria con mi historia y sueños.
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TU
MITAD
Puedo
ser tu mitad, mi puerto, a medias
mi
porción dividida y compartida,
podrás
borrar mi nombre
con tus
labios del todo si me faltas.
Me vas
mirando y trazas mis límites precisos,
bebiéndome
me cercas.
Solo
siento un destello
que
pasa, se acrecienta y reverbera.
Como si
yo estuviera aún muerta de ti.
María Victoria
Atencia
Las
iluminaciones
Antología
y poemas inéditos
Selección
y prólogo de Clara Janés
Editorial
Salto de Página
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