Considerando
en frío, imparcialmente,
que el
hombre es triste, tose y, sin embargo,
se
complace en su pecho colorado;
que lo
único que hace es componerse
de días;
que es
lóbrego mamífero y se peina...
Considerando
que el
hombre procede suavemente del trabajo
y
repercute jefe, suena subordinado;
que el
diagrama del tiempo
es
constante diorama en sus medallas
y, a
medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde
lejanos tiempos,
su
fórmula famélica de masa...
Comprendiendo
sin esfuerzo
que el
hombre se queda, a veces, pensando,
como
queriendo llorar,
y,
sujeto a tenderse como objeto,
se hace
buen carpintero, suda, mata
y luego
canta, almuerza, se abotona...
Considerando
también
que el
hombre es en verdad un animal
y, no
obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...
Examinando,
en fin,
sus
encontradas piezas, su retrete,
su
desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...
Comprendiendo
que él
sabe que le quiero,
que le
odio con afecto y me es, en suma, indiferente...
Considerando
sus documentos generales
y
mirando con lentes aquel certificado
que
prueba que nació muy pequeñito...
le hago
una seña,
viene,
y le
doy un abrazo, emocionado.
¡Qué
más da! Emocionado... Emocionado...
César
Vallejo
Antología
poética
Edición
y selección de Antonio Merino
Colección
Austral
Editorial
Espasa Calpe
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