El
ñapa
El
maestro de la llave inglesa
odia
la lengua escrita.
Aprieta
la tuerca del 16 diciendo grrrr,
la
afloja susurrando flaaa,
coloca
sobre el inodoro el habla, y
lo
estruja hasta convertirlo en una fiesta de gruñidos
sin
más norma que la que dicte el alicate
de
su novia Nines, cuyo recuerdo se transcribe
en
el Real Diccionario de Sentimientos Guturales.
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El
bastantero
Tras
su mesa de imitación a pirita y cuarzo blanco
el
bastantero espera su manjar de papeles timbrados
con
la ternura burócrata más selecta y calurosa.
Revisa
en sus amadas fotocopias
la
mano audaz del abogado,
la
conformidad de Hacienda, la rúbrica del notario
y
las ocho notas del código de identificación fiscal
letalmente
alinieados.
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El
gestor
Aquel
gestor administrativo colegiado
se
declaraba totalmente nihilista
excepto
en algunos casos en los que se veía más bien despistado.
Aquellos
desastres sucedían cuando pensaba
que
había vuelto a conocer a la mujer de su vida,
y
le sucedía a menudo, cuando terminaba de cenar en casa,
y
la miraba mientras se fumaba un puro.
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El
Porri
Es
listo, flaco y fuma Ducados como si fueran torreznos.
Sin
reinar gobierna en varios reinos: el de la Llave Inglesa,
en
el Metro,
en
el de Las Abrazaderas
y
posiblemente también,
en
el muy inconcreto del Cable de la Luz.
Posee
el condado del Yeso Blanco, el ducado de la Cinta Aislante
y
aspira a dominar las tierras del Tornilla Estrellado,
que
limita al este con el de toda la vida, mucho más controlado.
Porri
es muy listo, muy flaco y dispone del poder
de
apagar los Ducados antes de encenderlos.
Luis
Miguel Madrid
Moscas
tres
La
Única Puerta a la Izquierda
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