TRISTEZA
DE AMEBA
Nos pone
muy tristes la gente que muere sin haber visto el mar
y los
niños que descubren la nieve cuando ya no son niños.
Los
ancianos que hacen sopas de letras en los bancos de los parques,
aquellos
a los que les tiemblan las manos
y no
entienden las películas que echan por las tardes,
justo
después de las noticias.
A veces
también
nos pone
tristes ver a los patos encerrados en los estanques,
y a las
palomas que viven en las plazas sucias
de todas
las ciudades.
Luego
está la tristeza de los días de lluvia,
pero
esta es distinta,
porque
no nos hace falta mirar hacia afuera
para
sentirla.
Alba
Flores Robla
Digan
adiós a la muchacha
Ediciones
Rialp
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