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viernes, 19 de octubre de 2018

LA DEUDA NACIONAL UN POEMA DE JOHN ASHBERY




LA DEUDA NACIONAL


Compramos el pudin a ras de suelo
por el maullido que emiten sus pliegues.
Pero había otra en ciernes, la diosa luminaria
para quien no se mitigó ajuste alguno. Ah,
la matemática de pretéritas horas de té.
Y cuando ese hubo estampado su firma, bueno,
fue inútil aseverar compensaciones válidas.
Sí, era solo para nobles
en la cámara dorada. Lustre de estrellas y unas buenas
brisas perdidas, que nos recordaran dónde más estuvimos.

Entretanto fui complacido.
Formas alternativas de transporte
hicieron brotar espuma a los párpados,
se les ofrecerán a los desafortunados
que se encuentren en semejante situación
mañana a esa hora.

Bastante feliz a veces,
¿por eso nos pagaron dinero a todos?
Se me puede comprar,
el peso de mi pelo riela,
recordando algo del futuro lejano,
algo que nos gustaría, y que le gustamos...

¡Scheherezade! ¿Fuiste tú desde el comienzo? Entonces ¿por qué
ese otro vertedero reclamó los restos
que el cielo creyó conveniente repartirnos, a nosotros
discretamente indignos, como mejor puede?

¿Tienes una revista preferida?
¿Te consideras de izquierdas?
¿Elevados costes de mantenimiento? El contenido queda
infectado, o se desenfoca.
Los obreros instalan la vulgata del pez.



John Ashbery
El alboroto de los pájaros

Traducción de Eduardo Iriarte
Visor Libros


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