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lunes, 30 de abril de 2018

ESA MÚSICA UN POEMA DE ROBERT HASS




Esa música


La plata del arroyo sobre el sol de casi agosto,
y el luminoso aire seco, y los últimos regueros de nieve
   fundida,
filtrándose a través de las raíces de las hierbas de
   montaña,
la salvia, la retama, o la roya de la pradera.

¿Se consultan? ¿Se consultan los cuerpo de los amantes
en el atardecer del verano, el aliento de él, la cara
   adormilada
de ella...? ¿Lo hace la leve brisa de los pinos?
Si fueras el intérprete, si fuera tu tarea.


Roberto Hass
Una historia del cuerpo

Traducción de Andrés Catalán
Kriller71ediciones


domingo, 29 de abril de 2018

MADURO COMO UN FRUTO UN POEMA DE KARIN BOYE






Maduro como un fruto


Maduro como un fruto yace el mundo en mi regazo,
ha madurado esta noche,
y su cáscara es una delgada membrana azul que se tensa en forma de burbuja,
y su jugo es el flujo, ardiente, dulce y perfumado de una corriente de luz solar.

Y corro hacia el todo transparente como una nadadora,
empapada por un baño de madurez y nacida para un poder adulto.

Santificada para la acción,
ligera como una risa
divido un mar dorado de miel, que exige mis manos hambrientas.


Karin Boye
En el nombre de los árboles

Traducción de Albert Herranz
Ediciones del Baile del Sol




sábado, 28 de abril de 2018

CUERPO UN POEMA DE JESÚS JIMÉNEZ DOMÍNGUEZ




CUERPO


En esta bolsa de viaje, madre, guardaste
lo necesario: una mente, un estómago y un sexo.
Nervios y bronquios. Riñones: dos por si acaso.
Con unas pinzas de cocina, del más grande
al más pequeño, fuiste introduciendo los huesos.
Para que no se soltaran y golpearan en las vueltas
del camino los anudaste con tendones y venas,
los envolviste primorosamente de tejidos y músculos.
Terminada la tarea, dejaste un corazón
al cuidado de todo: esta es mi herencia, hijo,
no la derroches; aunque escasa, habrá de bastarte.

Madre, nunca pensé que fuera tan caro este viaje.
Todo en este mundo cuesta un ojo de la cara.
y el otro no me alcanza para ver los precios.
Tratando de ganarle la mano al tiempo, pierdo la cabeza.
En cada caricia que extendí me voy dejando la piel.
Pago con los cinco sentidos por la cuarta hoja del trébol.
En busca de las peras del olmo caigo despechado,
me desgañito, me descorazono, me deslomo.

Madre, para desvivirme por esta vida y estos deseos
en cada aduana tengo que echar mano del cuerpo.
Cuando llegue —¿a dónde? ¿cuándo?— ignoro
que quedará de cuanto me diste, en qué estado.
¿Sabrá el destino, apostado en un oscuro callejón
sin salida, que soy yo cuanto largo tiempo esperó?
¿Montará en cólera al comprobar, albarán en mano,
que nada llega completo, intacto ni nuevo?
¿Tendré que desembolsarle algo más, madre,
por cada desperfecto, por cada mengua, por cada desfalco?

El viento hace danzar el envoltorio viejo de un caramelo.
El halcón lleva consigo la urgencia del vuelo y nada más.
La pera que cae de la rama deja su sitio a la pera futura
sin mediar notario alguno, herencia ni aflicción.
Al menos he de guardar dentro de mí algo de todos ellos,
hallar un sentido que haga frente a cuento voy dejando.
En esta lucha sin cuartel todo me sirve y poco me alcanza.
En este cuerpo a cuerpo nada tiene el alma que perder.


Jesús Jiménez Domínguez
Contra las cosas redondas

La Bella Varsovia


jueves, 26 de abril de 2018

LA BÚSQUEDA UN POEMA DE SHARON OLDS




LA BÚSQUEDA


El día que mi hija se pierde durante una hora,
el día que pienso que ha desaparecido para siempre y
                                                       luego la encuentro,
me siento con ella un rato y después me
marcho a la tienda a por zumo de naranja para sus
labios, lengua, paladar, garganta,
estómago, sangre, cada célula de oro de su cuerpo.
Bromeo un poco con el hombre del mostrador,
salgo al fresco del invierno y
lloro. Sé que él nunca le haría daño,
nunca apresaría su cuerpo con las manos para
romperlo o aplastarlo, la mantendría a salvo y
me la traería a casa. Sin embargo, hay
otros que sí lo harían. Paso los enormes
edificios ridículos, llenos como prisiones,
cargados, repletos, tiesos de gente
a algunos les encantaría llevarse a mi hija, para
deshacerla, una hebra fina
tras otra. Son edificios llenos de cuerdas,
tablas de planchar, marcos de ventanas, alambres,
cordeles de hierro tejidos en espirales azules y negras
                                                                 como
ombligos, apartamentos con suministro
de hojas de afeitar y lejía. Esta es mi
búsqueda, saber dónde está la maldad en el
corazón humano. Mientras camino de vuelta a casa
miro una cara tras otra buscándola, veo
la belleza oscura, la rabia, los
niños criados en la ciudad, por donde ella camina como
cualquier otro, una diana en carne viva. No puedo
encontrar a nadie que quisiera hacerlo, agarro la
jarra de zumo como un corazón frío,
y recuerdo los tiempos en que mis padres me ataban a
                                                                una silla
sin darme de comer y miraba
sus caras preciosas, mi estómago una
maza brillante, mis muñecas como las aves
que el verdugo hubiera colgado del cuello de un alambre
                                                           de espino,
miraba tan profundo como podía en sus ojos
y todo lo que encontraba era bondad, no pude
                                                           superarlo.
Me apresuro a casa con la sangre de las naranjas
contra el pecho, me falta tiempo para llegar a su lado.



Sharon Olds
La célula de oro

Traducción de Óscar Curieses
Bartleby Editores


miércoles, 25 de abril de 2018

9:20 UN POEMA DE MARÍA ÁNGELES MAESO




9:20


No pronuncies nube, mira
cómo se deshacen en sus juegos
sin que nada llegue hasta el final.
Cómo hacen sus rondas sin tocar tierra,
en una espera sin fondo que no es de aquí.

No digas valle que a las nubes mira
con embeleso. No digas montañas,
aunque haya quien llame resistir a ese mirar,
para ellas, 7, 9 y hasta 10 años no son nada.

No para las casas que habitamos en las que oímos
música o llaves y no una ley
que a 9,8m/s2 se acelera.

No preguntes más si yo sabrá hacer el puente.
A las 9:20 calla la savia, sí,
bajo los decretos de noviembre
la savia calla al pie de la ventana
que al 20% crece.

Nada quede mudo bajo los tabiques
y los pómulos molidos.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
También Amaia.* También Amaia.

Y mira si yo ha gritado: ¡rómpete noche
o cállate. O árbol que anda recuérdate!


*A las 9:20 del 9 de noviembre de 2012, Amaia Egaña, una vecina de Barakaldo, de 53 años de edad, se lanzaba por la ventana de su vivienda en el preciso instante en que iba a ser deshauciada.
El verso inserto en cursiva corresponde al poema de Roque Dalton Alta hora de la noche: Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas / Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.



María Ángeles Maeso
Puentes de mimbre



martes, 24 de abril de 2018

ÚLTIMO TANGO EN SARAJEVO UN POEMA DE IZET SARAJLIC




ÚLTIMO TANGO EN SARAJEVO


8 de marzo de 1994,
la Sarajevo amorosa no se rinde.
Sobre la mesa, la invitación para la matinal del baile en el Sloga.
¡Y por supuesto vamos!

Mis pantalones están un poco ajados
y tu falda no es de vía Veneto.
Pero nosotros no estamos en Roma,
nosotros estamos en guerra.

Llega también Jovan Divjak. Por el uniforme se ve
que viene directamente del frente.
Cuando te pide un baile pareces muy confusa.
Es la primera vez que bailas con un general.

El general no imagina el honor que te ha hecho,
pero a decir verdad se lo has hecho tú a él,
ha bailado con la señora más celebrada de Sarajevo.
¡Pero este tango, este tango es sólo nuestro!

Estamos ya cansados, nos da vueltas la cabeza.
Mi amor, termina nuestra preciosa vida.
Llora, llora si quieres, no estamos en vía Veneto,
y tan vez éste sea nuestro último baile.

(1994)


Izet Sarajlić
Después de mil balas
Traducción del serbocroata por Fernando Valverde y Branislava Vinaver

Seix Barral


lunes, 23 de abril de 2018

OTROS OJOS UN POEMA DE LOLA CALLEJÓN




Otros ojos

Otros ojos me sacaron del destierro
y entendí
la gramática y los números.
...Todo lo engulle
la espiral del tiempo.

Como una conjetura en matemáticas,
la utopía me mira de frente,
dispuesta a orientarme en la bóveda del universo.



Lola Callejón
El Tiempo como Prueba



domingo, 22 de abril de 2018

FRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ SÁNCHEZ POR PEDRO PROVENCIO ONDA EXPANSIVA




Francisco Javier Rodríguez Sánchez
(España, 1952 – 2004)


A mis hijos vivos

¿Qué padre es ese que si ve
asesinar a hijos ajenos no se escarba
las entrañas en busca de sus armas?,
¿no ha aprendido aún la primera lección:
que sólo es padre si son suyos
todos los hijos vivos y muertos?,
¿quién le da derecho a distinguir
entre la identidad de unos y otros?.
¿es padre de su identidad,
o de sus hijos? Que aprenda de Job,
y que no caiga en la pereza estéril
de los creyentes




                       [(risas desganadas)
                                                      de acuerdo con la ley]








No es llorar,
es que se está formando el ojo.




Pedro Provencio
Onda Expansiva



miércoles, 18 de abril de 2018

TELÓN UN POEMA DE ITZIAR MÍNGUEZ ARNÁIZ




Telón

Cuando otro día, en otro tiempo
leamos por encima estas palabras,
¿cómo seremos? ¿Quién seré yo
en tu otro mundo, en tu vida de entonces?
¿Cuántas horas habremos dejado pesar
sobre otros cuerpos? ¿Cuántos cuerpos?
¿Quién cogerá antes el teléfono
mientras hace memoria de un número
que en otro tiempo estuvo
escrito en las yemas,
como un destino cotidiano?

No estaremos donde nos dejamos
pero yo retomaré aquel deseo
de que seas tú quien baje mis párpados
y aplauda
al terminar la función.



Itziar Mínguez Arnáiz
Idea intuitiva de un cuerpo geométrico





lunes, 16 de abril de 2018

LA CALLE PARECÍA UN MILAGRO UN POEMA DE ISABEL BONO




la calle parecía un milagro


nunca llovía
y si llovía salíamos a celebrarlo
la luz entraba de otra manera
por las rendijas, entre mis dedos
la luz era más sólida
más amarilla

aquella densidad de la luz
antes y después de la siesta
aquella densidad del eco de un martillo
acompasando el sueño

y nadie deseaba despertar


Isabel Bono
Lo seco

Bartleby Editores



domingo, 15 de abril de 2018

MAQUILLAJE UN POEMA DE ROXANA POPELKA






maquillaje

aquellas dos alumnas
las que están sentadas en la fila de atrás
me dan pavor
se percibe tanta agresividad en su mirada
no parecen felices
y solo tienen 16
sus rostros embadurnados de maquillaje
madrugan
se arreglan con esmero
aunque no es necesario ocultar nada a los 16

por eso llevan un top y se visten con minifalda
debajo usan unos legs de color negro

son mis alumnas desaventajadas
son marta y susana

ahora toca reír sin motivo aparente
agachan la cabeza entre los libros forrados
llenos de fotos de actores
de cantantes de moda
cuadernos garabateados a rotulador
con nombres de los chicos guapos del instituto
números de móviles
nics

no sienten vergüenza
a los 16

me alegra tanto potingue deliplus

hay días
en que se levantan continuamente a tajar el lápiz
mientras hacemos los ejercicios
a tirar un papel
a pedirme permiso para ir al baño
saben que no está permitido
tampoco a los 16

deben esperar a que suene el timbre del descanso
para ir a mear
a mirarse el flequillo
con sus cuerpos esbeltos
delante del espejo del baño
desafiantes
a los 16

son mis favoritas
son mis chicas extraídas de Fucking Amàl
esas adolescentes complejas que aparecen en la
página 54 de los libros de psicología

rubias teñidas que habitan un barrio periférico
gastado
sin posibilidades
muerto
si no fuera por el cine de verano

de familias desestructuradas
sin esperanza
no hay tiempo que perder
a los 16

siento que les debo ofrecer algo más
que el temario del curso
se me hace difícil encontrar un porqué

¿quién necesita enseñanza reglada a los 16?


Roxana Popelka
33PPM

Bartleby Editores